Suplementeros adultos mayores piden que les agranden su kiosco
María Álvarez y Mario Huerta llevan 12 años atendiendo un pequeño kiosco ubicado en avenida Libertad, entre 1 y 2 Norte, en pleno corazón de Viña.
A pesar de sus avanzadas edades, se vieron obligados a seguir trabajando y vieron una oportunidad en la venta de diarios.
Al principio el oficio de suplementero era rentable. Pero con el paso de los años la venta de los diarios se puso lenta, y no les quedó otra que vender golosinas, bebidas y los ricos quequitos que hace la propia María.
Todo iba bien, hasta que un inspector municipal los multó por "generar desorden" en el espacio que ocupan sus otras mercaderías, ya que el kiosco les quedó muy chico.
"Este es el único sustento que tenemos. Hemos pasado unos fríos terribles en invierno porque no cabemos los dos dentro del kiosco. Nos levantamos a las 5 de la mañana para retirar los diarios y abrir el kiosco a las 6:20 hrs", cuenta el matrimonio viñamarino.
"El kiosco se nos hizo chico porque tenemos que vender algo más. Y nos pasaron una multa de 80 mil pesos -que no es ni lo que ganamos en el día- por tener estas cosas afuera. ¡Si adentro no caben pues! Y eso que pagamos patente semestral por tener este kiosco. No queremos que nos regalen nada, solo le pido a la alcaldesa Virginia Reginato que nos facilite un kiosco más grande, como los que hay en Arlegui o en la calle Valparaíso, porque aquí no se puede trabajar", concluye Mario.