Página 3 | La Estrella de Valparaíso

Gringa sufrió lanzazo de su cartera arriba de una micro porteña

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Una mala experiencia con la delincuencia sufrió una extranjera en Valparaíso. Eran las 17.25 horas cuando la norteamericana V.M.H.M., de 53 años, se trasladaba en un bus de la línea 612 por la avenida Alemania en dirección al plan. Al llegar a la avenida Francia dos sujetos se levantaron de sus asientos. Uno le arrebató la cartera y el otro impidió el paso y forcejeó con la víctima cuando quiso recuperar su bien. Los lanzas se bajaron raudamente y huyeron por la avenida Colón con el botín avaluado en 250 mil pesos en dinero y especies. La afectada sufrió lesiones leves que constató en el hospital Carlos Van Buren. Hizo la denuncia en la Segunda Comisaría Central.

La Quinta parecía una plaza con tanto pololeo

Con la parrilla de anoche, los arrumacos, abrazos, besos y caricias se multiplicaron entre las parejas de la galería.

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Matías Valenzuela

El amor se sentía en el aire, las mariposas revoloteaban entre las canciones intepretadas. El grueso del público de anoche eran parejas en modo "tortolitos" que se hicieron un cariñito en la cuarta noche del Festival.

Las baladas de Jesse y Joy y la bachata candente de Prince Roy invitaron a los pololos, comprometidos, pinches y matrimonios a celebrar sus propias historias en la noche más melosa de la presente edición del Festival de Viña 2018.

Ellos las abrazaban por detrás, y les besaban el cuello. Ellas, con los ojos cerrados, susurraban las letras de las canciones con un leve vaivén hacia los lados.

Parejas nuevas y otras más viejas, recordaron el doundtrack de sus propias teleseries con temas como "Amor de Chocolate"o "Darte un beso".

Por ejemplo Felipe Bustamante y Magdalena Muñoz, eligieron esta noche con pinzas para celebrar sus cinco años de matrimonio.

"Este es un regalo para nosotros", decía él tomando cariñosamente la mano de ella.

Un amor más juvenil era el de Nicolás Adazme y su polola Nicole Osorio. Cuando escuchaban las canciones revivían sus primeros encuentros en la Universidad Mayor, donde estudiaban sicología, esto hace más de tres años. Hoy, siguen más consolidados que nunca.

Mala recepción

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Una marca cervecera nacional estaba regalando muestras de su nueva michelada sin alcohol. Al parecer, no tuvo buena llegada el nuevo producto que mezcla cerveza sin alcohol y sucedáneo de limon, una lástima para los productores. Varios recibieron los vasos, pero al dar el primer sorbo su expresión delataba todo. El baño estaba lleno de cervezas abandonadas.

Punkies trasladaron andanzas al sector de Bellavista y Condell

Desde hace unos meses, un grupo se desplazó a esa céntrica esquina de Valparaíso.

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Carla Olivares Rojas

Si bien, es habitual ver a los no muy queridos punkies deambulando por todo Valparaíso, un punto de encuentro siempre era el sector de Bellavista entre Blanco y Brasil, a un costado del supermercado Líder donde toman, comen, duermen y hacen todas sus necesidades.

Sin embargo, desde hace uno meses, un grupo decidió irse más al centro y se instalan a diario en calle Bellavista con Condell donde se sientan a pedir, a tomar, si tienen drogas las consumen ahí mismo, cantan, pero también hasta pelean, lo que ha causado el temor y rechazo de quienes los ven a diario.

Si bien lo comerciantes del sector señalan que no entran a los locales a pedir, sí "machetean" en la calle y se generan sendas discusiones que han llegado a agresiones hasta con cuchillos en algunos casos.

Pelean entre ellos

Desde fines del año pasado que este grupo se instala en ese sector donde hay hombres y mujeres que pelean por igual.

"No son delincuentes que anden robando, pero piden y se agarran entre ellos por el trago. Son tranquilos, pero cuando pelean, se agarran firme", señaló una de las comerciantes del sector.

Desde otro de los locales del sector, aseguraron que se instalan todos los días y que las peleas son casi a diario, siempre en estado de ebriedad.

"Ahí se juntan el de los parches curitas, el de la flauta, un montón. Se ponen a tomar cerveza mientras piden plata y cuando ya están curados pelean y cuando tienen que hacer necesidades las hacen ahí mismo a cualquier hora. Llegan carabineros y se van, pero después vuelven", indicaron.

Por su parte, una trabajadora que a diario se topa con ellos indicó que el escándalo son siempre y la jornada del jueves la pelea fue con cuchillos.

"Hay un grupo que se sienta ahí todos los días, toman, vienen los carabineros y se van, pero después vuelve. Duermen curados ahí, hacen sus necesidades y no se les puede decir nada porque son agresivos y tienen perros que los protegen. Ayer fue una mujer con un caballero canoso los que pelearon y tenían una cuchilla", indicó.