Cro-Magnon, la calavera de 150 años
Fue hace 150 años, a comienzos de marzo de 1968, cuando se encontró el primer cráneo de Cro-Magnon, también denominado Hombre de Cromañón. Es aún un descubrimiento crucial para la historia de la Humanidad: fue, a diferencia del Neanderthal, de los primeros pertenecientes al género Homo Sapiens. Pero marcaba con él más diferencias. Cromañones descubiertos han rozado el metro y 80 centímetros de estatura, mientras el Neanderthal llegaba con suerte al metro y 65 centímetros.
Es más: aunque parezca sorprendente, este Homo más pequeño tenía una capacidad craneal superior a la del hombre moderno; no así que el Cro-Magnon, cuyo cerebro tenía el mismo tamaño y peso que el nuestro.
A pesar de esto, el del Cro-Magnon estaba mejor desarrollado, al punto de erigirse como la raza que comenzó a imprimir su vida en las cavernas: cacerías de mammuths y ritos sociales fueron dibujados con pastas producidas por ellos mismos.
Por otra parte, el Neanderthal desapareció cerca del 27.000 A.C. en la Península Ibérica, mientras que el Cro-Magnon perdió su batalla final contra la Glaciación por el 10.000 A.C., siendo finalmente reemplazado por el Homo Sapiens Sapiens.
Sin embargo, in dicios del primero de éstos datan de hace 230.000 años; del segundo, apenas desde el año 40.000 A.C. Est os descubrimientos concluyeron que unos y otros deambularon por Europa durante milenios, y arrojaron algunas de las hipótesis más intrigantes de todos los tiempos: ¿pudieron ambas especies coexistir al punto de reproducirse entre ellas, en el fenómeno llamado hibridación? ¿Influyó su aparición en la desaparición del Neanderthal? En ambos casos, muchos científicos creen que fue perfectamente posible.
el descubridor
Éstas y más conclusiones no habrían sido imaginada sin las perseverantes búsquedas de Louis Lartet, el geólogo y paleontólogo francés que, un siglo y medio atrás, descubrió en su exploración en Les Eyzies de Tayac-Sireuil, un
pueblo al este de Bordeaux, en Francia, el primer esqueleto de Cro-Magnon que el mundo conociera.
Este poblado en la actualidad tiene cerca de 800 habitantes. Y en sus cercanías está el Abrigo de Cro-Magnon, donde Lartet realizó sus hallazgos y que le dio el nombre a este viejo pariente nuestro.
Se trata además de una zona con maravillosos sitios de interés arqueológico y paleontológico: la Gruta de Font-de-Gaume, correspondiente a una de las últimas cavernas con pinturas prehistóricas realizadas en más de un color; las famosas cuevas de Combarelles, de la Mouthe y de Bernifal; además del yacimiento de la Micoque, donde se descubrieron numerosos testimonios de industrias líticas del Paleolítico.
Pero no fue sólo un cuerpo, sino que luego la excavación prosiguió y completó un total de cinco esqueletos. Entre este quinteto de osamentas, uno pertenecía a un feto. Y desde que fueron observados llamaron la atención de todos por poseer bordes mucho más redondeados que los de Neanderthel.
Henry Christy, miembro de una acaudalada familia inglesa y pionero de la antropología y de la arqueología, nacido en 1810, fue quien financiaba la carrera del francés. ¿Por qué a Lartet? Porque era hijo de Edouard Lartet, un gran amigo suyo con quien había iniciado otras excavaciones en diversas zonas de Les Eyzies de Tayac-Sireuil, con resultados menos destacados.
entre bestias
Son considerados como los primeros hombres modernos europeos. Los antropólogos reconocían dos variedades de ellos: la raza de Cro-Magnon, más robusta, y la especie de Combe Capel, más menuda. Sin embargo, se usa solo el primer concepto para referirnos a los hombres modernos del Paleolítico.
Fue, de hecho, el primero que se dedicó a la industria lítica auriñaciense -proveniente de Aurignac, zona francesa casi limítrofe con España-. La industria lítica hace referencia a la Edad de Piedra, en que el hombre fabricó las primeras herramientas con huesos y pequeñas rocas, y que acaba con el descubrimiento de los metales y la Edad de Bronce. Vivía en enormes cuevas o de manera muy eventual en campamentos al aire libre, que muchas veces debía disputar con grandes fieras como el homotherium, tigre de largos dientes aunque más cortos que el smilodón o dientes de sable, pero del tamaño de un león actual, capaz de correr a 90 kilómetros por hora; y el mammuth sungari, de cinco metros y medio de altura, diez toneladas y colmillos que se acercaban a los tres metros.
El Cro-Magnon, sin ser rotundamente sedentario, trataba de mantener una zona fija para sus asentamientos. Se cree que sólo los abandonaba en busca de mejor clima o si la comida se hacía peligrosamente escasa. Era un animal social, en especial a la hora de la caza. Incluso era capaz de fabricar rudimentarias trampas, lanzas y estrategias de emboscadas.
El descubrimiento que cambió la historia de la paleontología
Hallados en una cueva de Francia, los restos de cinco individuos de esa especie
fueron considerados los primeros hombres modernos de Europa.
Por Néstor Flores F.