Matías Valenzuela
Una inversión millonaria inyectó su dueño para remozar el conocido local del plan porteño "Mastodonte", sin adivinar que solo 30 días después el municipio iba a clausurar el lugar.
Desde el día lunes, el local está cerrado, las cortinas abajo, y tablones de cholguán están tapando la vista. En el frontis se puede ver parte de la remodelación estrenada hace un mes, en la cual se invirtieron varios millones de pesos para renovar la cara de la tradicional fuente de soda.
Su dueño, Daniel Olmedo, explica que fueron cerrados por no haber podido realizar los cambios necesarios, según el nuevo reglamento de seguridad que entró en vigencia este año.
"Hay nuevas normas, piden mediciones especiales, distancias entre un equipo y otro, algún flujo de lo que son los cuartos calientes y cuartos fríos. A nosotros, como restaurante ícono, nos mandaron como chivo expiatorio", comenta el locatario, advirtiendo que "se entiende, está dentro de las leyes y aquí no hay nada que alegar, pero es difícil de cumplir con los espacios que tienen las cocinas de Valparaíso".
Respecto de las nuevas normas a acatar, Daniel Olmedo cuenta que desde que fueron notificados de las nuevas reglamentaciones, comenzaron a realizar los trabajos. Estas modificaciones requerían una reestructuración gruesa del inmueble, y una inversión de cerca de 40 millones de pesos, que sumados al dinero invertido en la remodelación, suman un monto de 120 millones, pero para cuando llegó el fiscalizador municipal, no tuvieron tiempo para completar todos los cambios necesarios.
"Había que cambiar la organización completa de la cocina, tuvimos que poner dos cocinas ahora. Hicimos una nueva grande, para poder meter todos los implementos", cuenta.
El comerciante adelanta que este tipo de cambios en los locales de comida van a ser difíciles para los comerciantes más pequeños, que pueden no tener el capital para llevarlos a cabo.
"Yo tengo muchos amigos que son comerciantes, yo veo sus cocinas, y lo que me están pidiendo a mí les va a ser imposible", observa.
En el aire
De momento, una eventual fecha de reapertura no está agendada. Daniel dice que ni siquiera tiene permitido entrar a su fuente de soda. Está tramitando la autorización para ingresar y comenzar a hacer los cambios que le impusieron.
Mientras eso no ocurra, el futuro laboral de los 42 trabajadores de la fuente de soda se mantiene en la incertidumbre.