Las estrategias para ganar la guerra contra la basura en Valpo
"Basurólogos" entregan claves para enfrentar el problema: aumentar la educación, fomentar la participación ciudadana, implementar la microrecolección e incentivar el manejo de los residuos en el hogar.
"Porteño, la solución está en tus manos". El académico del Instituto de Geografía de la PUCV, Marcel Szantó, repite varias veces esa frase, una especie de eslogan que, según él, debería utilizarse en Valparaíso para terminar definitivamente con el gran problema de la basura.
Szantó, junto al consultor de ONU Medio Ambiente, Marco Bravo, organizó un curso sobre esta temática -que se desarrollará en noviembre- y a modo de adelanto, entregó algunas claves para enfrentar la situación.
Lo primero que aclara el profesor es la dificultad para determinar cuánta basura se genera en Valparaíso. Investigaciones de sus alumnos estiman que sería entre 750 gramos y un kilo de basura lo que cada porteño produce a diario, de los cuales un 60 por ciento correspondería a material orgánico, "lo que es un problema", advierte el académico.
¿Cómo revertir la situación? Según él no se necesita una gran inversión, sino que mejorar la gestión y la educación. Los pilares que plantea son cuatro: recursos, técnicos, voluntad política y educación.
Respecto a la educación, Marco Bravo, consultor ONU Medio Ambiente, señala que es necesario generar conciencia. Decirle a los usuarios qué pasa con la basura que generan. "Hacerles entender que el relleno sanitario tiene un tiempo limitado de uso y que para extenderlo es necesario manejar los residuos domiciliarios", agrega.
Microrecolección
Uno de los principales atascos para manejar el retiro de residuos es la topografía de Valparaíso. "Eso obliga a dividir la ciudad para su recolección y para eso hay que aprovechar la organización vecinal, que no se ha tomado en cuenta para el manejo de los residuos. Es sumamente importante tomarla en cuenta, especialmente a las que están en la parte alta, donde la cantidad de materia orgánica es muy alta", señala Marcel Szantó.
Actualmente en Valparaíso hay diferentes instituciones trabajando por la reducción de la basura, pero son esfuerzos aislados y, de acuerdo a Szantó, debería existir una estructura que los organice, la que debería surgir desde la municipalidad. "No hay un plan director de manejo de residuos que nos diga cómo vamos a funcionar de aquí a veinte años. Todo es apagar incendios", asegura el académico.
Una idea para enfrentar la dificultad topográfica es que se implemente la microrecolección. Que en un barrio o cerro se instalen contenedores o bateas para recibir los desechos en forma separada (orgánico, cartón, latas...), estructura que debería estar un recinto custodiado, con una persona encargada. "Entonces el camión va a ese lugar a realizar el retiro", explica Szantó.
De esa manera, quienes viven en lugares donde los recolectores no llegan o trabajan todo el día, tienen un lugar establecido para dejar sus desechos y se evitan las bolsas en las calles, que luego son rotas por los perros, o que todo termine en una quebrada.
Además, con la presencia de un operador se impide que destruyan los depósitos. Y cuando la gente ya esté educada, ya no será necesaria la protección.
Ley rep
Marco Bravo destaca que una ayuda será la implementación de la Ley REP, que busca recuperar un porcentaje de los productos una vez que terminan su vida útil. "Actualmente se están trabajando en los reglamentos para ciertos residuos peligrosos, donde se encuentran los dispositivos electrónicos que están en los domicilios y las personas no saben donde dejarlos", explica.
Asimismo, lo ciudadanos van a poder diseñar sus propios puntos limpios, para que dejen sus desechos clasificados. Al respecto, Szantó advierte que ahí es importante educar a la población para que no los rompa. Y una idea es incentivar a las personas: que se les reduzca la cuota que pagan por el retiro de la basura, por ejemplo.
Clasificar
Otra estrategia a desarrollar es manejar en el origen, es decir, en el domicilio, la basura. Separar en orgánico y envases, para que "sólo se recoja lo orgánico, que es lo que afecta a la población, y el resto llevarlo a un sistema de recuperación", advierte Marcel Szantó.
Si esto se aplicara en Valparaíso, se reduciría entre un 35 y un 40 por ciento la cantidad de basura que produce una persona al día. O sea, si hoy es un kilo, se bajaría a 600 gramos.
Dicha cifra podría disminuir aún más si en los hogares las familias aprendieran a compostar y hubiera un incentivo para ello.