Dueño del motel Bleu Nuit espera resurgir de las cenizas
Aún en shock por la tragedia, Guillermo Pérez y sus empleados rescataron ayer algunos bienes de entre las ruinas. Anhela reabrir en algún punto de la ciudad.
Tras retirarse de un trabajo en una universidad, desde 1990 que Guillermo Pérez, hoy de 68 años, se dedica al negocio de los moteles. Y hace 23 años que era propietario del Bleu Nuit de calle Monjas con Lastra, en el plan porteño, el único que tenía en actividad porque años atrás, acusa que por la delincuencia, cerró la sucursal de calle Ecuador.
Ayer por la mañana el empresario, precursor de las primeras camas de agua en la zona, se paseaba entre los restos humeantes de lo que era el motel más conocido y excéntrico de la ciudad, destruido en la nefasta noche navideña.
Una quincena de habitaciones ambientadas en la era de las cavernas, la época medieval, el Lejano Oriente, el Moulin Rouge francés... ya no se distinguen entre sí. Solo hay palos carbonizados, hollín, humo y agua. Tampoco quedó nada de la pieza "Voy pa' Quellón", aquella que tenía una cama eléctrica que se movía como lancha chilota en medio del tortuoso canal de Chacao, al vaivén del amor apasionado.
Ahora solo hay ruinas. Se salvaron la hermosa pileta del hall y electrodomésticos y adornos de la habitación árabe, la última que había sido remozada. También una lámpara egipcia y una fumadora de opio, que Pérez adquirió en el remate del emblemático hotel Valdivia de la capital. Lo rescatado quedó atesorado en un predio de Quilpué, a la espera de ser reutilizado.
Explosión de calefon
En otro sector del Bleu Nuit algunas empleadas cabizbajas se lamentan de la pérdida de su fuente laboral (11 en total). Otras se entusiasman porque rescataron 180 mil pesos en efectivo entre los escombros. Varios billetes se perdieron o quedaron semi destruidos. "Espero cambiarlos en el Banco Central", afirma el dueño, que descarta se haya tratado de una emergencia eléctrica, en medio de todas las refacciones a que fue sometido el edificio.
"Nunca hemos tenido un problema eléctrico porque nos preocupamos de ese tema. Por lo que dicen las camareras, parece que fue un cálefont que explotó", señala. Desestima que el problema haya sido en la lavandería.
Tras el fin del paro portuario, la actividad comercial había repuntado y tenía un 80% de reservas para la noche del Año Nuevo.
Como este tipo de estructuras antiguas no son aseguradas, se perdió toda la inversión, superior a los 300 millones de pesos.
El edifico pertenece a una persona radicada en Santiago, que junto al municipio tendrá que analizar la viabilidad de recuperar la construcción.
Don Guillermo, que trabajaba en el lugar junto a sus hijos, por ahora no sale del asombro de la pérdida total, pero todo apunta a que, como el ave Fénix, renacerá de la cenizas y se instalará con otro hotel parejero a futuro.
En ese sentido, enfatizó que tiene registrada a su nombre la marca Bleu Nuit, por lo que nadie se puede avivar e instalarse con un negocio similar con ese nombre. "A Dios le pido que me siga dando visión y talento para seguir haciendo cosas. No se dónde pueda aparecer de nuevo", aventuró.
Bombero herido
En la emergencia trabajaron cerca de 140 bomberos de nueve compañías. Dos unidades regresaron ayer por la mañana a remojar, ante un rebrote de las llamas.
En el combate al siniestro, el cuarto comandante del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, Claudio Rojas Barceló, sufrió un accidente tras caer desde un segundo piso al interior de la estructura. El diagnóstico fue contusión por golpe en la cabeza, contusión en rodilla izquierda y fractura costal derecha.
El voluntario fue atendido primeramente en la Unidad de Emergencia Adulto del Carlos Van Buren, para luego ser derivado al IST de Viña del Mar. Tras ser sometido a diversos exámenes y rayos X, fue dado de alta en la madrugada, con medicamentos y reposo a su domicilio en Curauma.
El jefe bomberil fue visitado por una delegación de los Oficiales Generales porteños, encabezados por el superintendente Erasmo Olivares.