Carla Olivares Rojas
Todos los días el villalemanino avecindado en Suecia, Patricio González, se levanta con un solo desafío en su mente: sacar lo antes posible a sus siete nietos del campamento para refugiados de Al Hol, ubicado al noroeste de Siria donde se encuentran desde el fallecimiento de su padre en marzo pasado.
Hace unos días, el músico se trasladó a un hotel de la ciudad de Erbil en Irak y ocupa sus horas realizando trámites, escritos y reuniones, todo para lograr su cometido lo antes posible dado que la vida de los niños está en serio riesgo por las condiciones en que viven en el campamento.
Sin embargo, una luz de esperanza se abrió ayer para el villalemanino y sus nietos luego de recibir respuesta a la carta que envió el martes pasado a la administración kurda del lado irakí, que es donde él se encuentra en la actualidad. En ella pedía el ingreso de los niños a ese lugar.
"Para efecto de la evacuación de los niños hay dos administraciones kurdas que tienen que dar su visto bueno, la del lado irakí autorizó el ingreso de los niños a este lugar, ahora falta que la otra administración, la parte siria, me diga 'ven a buscar a los niños' y ahí ya estoy al otro lado", relató Patricio González esperanzado.
Una luz de esperanza
El desesperado abuelo califica este avance como "una luz de esperanza" tiene la mitad del camino recorrido y ahora ruega porque los sirios den respuesta lo antes posible.
"Para el lado sirio, es una carta similar a la que mandé para el lado irakí y el trámite ya se hizo. Lamentablemente no sé cuánto podría demorar la respuesta, pero esta es la mitad del camino avanzado. Al parecer la administración de Siria esperaba la respuesta de este lado antes de darme la respuesta a mí y yo creo que la otra respuesta me la van a dar igual de rápido. Ojalá que sea así", sostuvo.
De los niños no ha sabido nada, le desespera y le frustra no tener novedades de ellos. No tiene forma de comunicarse con nadie en el campamento, en realidad, ni él ni nadie puede hacerlo.
"Quizás a mis nietos voy a tener la fortuna de evacuarlos rápido se podría decir, gracias a que hubo tanta respuesta a esta historia y gracias a que el gobierno chileno le puso empeño. Yo y mis nietos tienen la fortuna de que tal vez van a ser evacuados, pero hay mucha gente que va a esperar meses ahí y que lamentablemente va a morir ahí. Que pena más grande", señaló al otro lado del teléfono.
Ibrahim, Yonus, Maryam, Sarah, Safiyyah, Aisha y Mohammed son los siete niños que tienen a todo un país expectante y rezando por su pronta salida de ese lugar. Su salud no es de la mejor, tienen severos problemas pulmonares, por eso trasladarlos del campamento se hace imperioso. Patricio González perdió a una hija y no está dispuesto a perder a sus nietos.