Confirman negligencia del Hospital de Quillota tras muerte de joven
Wladimir Vera falleció a los 22 años de una trombosis pulmonar tras una fractura de cadera. El no recetar un anticoagulante al momento del alta médica terminó con su vida.
Hace casi 6 años, a la familia Vera Coronado de Quillota, le cambió la vida en 180°. Uno de sus integrantes, el menor de la familia, falleció de manera casi inexplicable en su casa tras sufrir de una fractura de cadera de la cual se recuperaba satisfactoriamente.
Nadie entendía qué le había ocurrido si su tratamiento marchaba bien y hasta horas antes de su deceso, el joven tenía una salud de lujo. La madrugada del 10 de noviembre de 2013 despertó con problemas respiratorios y al cabo de unos minutos falleció en el hospital San Martín de Quillota.
El 5 de septiembre de 2013, Wladimir había sufrido un lamentable accidente que, si bien era de cuidado, no era de vida o muerte. Cayó desde una altura de 5 metros cuando realizaba una instalación eléctrica en un techo y sufrió de una fractura de cadera que lo mantuvo hospitalizado 5 días.
Tras recibir los cuidados en el centro asistencial de Quillota, fue dado de alta con reposo absoluto que debía durar dos meses y con la indicación en su carné de alta médica de tomar tramadol, omeprazol, paracetamol y diclofenaco para dolores musculares, el anticoagulante no fue recetado, sólo fue suministrado durante los días que estuvo internado.
Negligencia médica
Tras ir a la fiscalía, al tribunal, a la Corte de Apelaciones y a la Suprema se confirmó lo que los padres de Wladimir Vera tanto esperaban, su hijo había fallecido producto de una negligencia médica.
"Tras un peritaje se detectaron dos errores que cometieron, el primero es que el traumatólogo no le recetó anticoagulante y lo otro es que al mes de dado de alta debían realizarle un TAC que tampoco se le hizo", relató Juan Vera, padre del joven fallecido.
Esos dos simples pasos fueron los que sellaron el destino del joven que murió de un trombo embolismo pulmonar dos meses y cinco días después de la caída.
"Se logró el objetivo, la Corte Suprema falló en favor de la verdad. Nuestro único fin siempre ha sido perseguir la justicia y que no le pase a otra familia que viva una situación similar. Nosotros nunca hemos tenido un afán monetario, no queremos que hayan otros Wladimir y pese a que el primer fallo no fue favorable, no bajamos los brazos. Sufrimos de muchos apremios durante el proceso, problemas de salud que complicaron todo, pero nunca dejamos de buscar la verdad", señalaron Juan Vera y su esposa María Angélica Coronado.
El fallo que le dio la razón a la familia fue unánime y desestimaron todas aquellas pruebas en que se intentó demostrar que el error fue del paciente y no del centro asistencial.
Vivir el duelo
Pese a que el hospital fue condenado al pago de una millonaria indemnización, la familia prefiere no pensar en eso, nunca fue lo que ellos buscaron.
"Ahora viene lo pesado porque hay que aprender a vivir sin él, ya se terminó esta lucha que duró años. Partimos muchos y terminamos unos poquitos, pero hay uno que siempre ha estado con nosotros que es el colegio Becarb que todos los años homenajean a mi hijo que participó en la banda", relató su padre en medio de las lágrimas.
En tanto que la señora María Angélica Coronado agregó, "se hizo justicia con mi hijo porque era un niño que tenía mucho por vivir todavía y había entregado mucho a todos acá en Quillota porque era ciclista, participó en muchas bandas, en la Orquesta Juvenil de Quillota, participaba en todo lo que era para hacer le bien, fue a ayudar a la gente para el terremoto, fueron muchas cosas".