Centro de Viña amaneció impregnado de polvo lacrimógeno concentrado
Alredores de plaza Sucre y hasta calle Quinta, los efectos provocaron ardor de vías aéreas. Toxicóloga aclaró que componentes no están claros.
Al igual que lo experimentado en el plan porteño, el traslado de las manifestaciones a Viña del Mar trajo consigo el problema de las lacrimógenas, cuyos efectos pueden permanecer por días en las murallas, piso y ambiente.
Tras tres días de protestas y accionar de Fuerzas Especiales, la plaza Sucre y dos cuadras a la redonda el aire se volvió tóxico y con apenas 10 minutos de exposición, los efectos no solo eran estornudos y picazón de ojos, sino que también ardor general de vías aéreas y mucosas.
Para quienes se bajaron en la estación del metro, circulaban por la plaza o peor aún, estuvieron en la fila de clientes de Ripley, la situación fue más que incómoda. Debido al intento de saqueo de la tienda de retail, la atención en la apertura fue muy lenta. Se dejaba ingresar a grupos de 5 clientes, pero más tarde la situación se regularizó, no así el olor a lacrimógena.
Ana, una de las personas que hizo la fila en las afueras de Ripley no aguantó los efectos, se salió de la fila y tomó la recomendación de los administrativos de ir al mall para una mejor atención.
En el centro la situación no cambió y la mayoría de las personas se protegió con mascarillas, pañuelos o parte de la indumentaria propia.
Arma de guerra
María Fernanda Cavieres, toxicóloga de la Universidad de Valparaíso y presidenta de la Sociedad de Toxicología de Chile, recordó que la composición de las bombas lacrimógenas es desconocida.
Si bien la mayoría de los expertos piensa que son mayoritariamente hechas con clorobenzilideno malononitrilo, también conocido como CS en honor a los científicos estadounidenses que lo descubrieron, Ben Corson y Roger Stoughton, la académica señaló que no hay evidencia científica al respecto.
Es que al tratarse de una arma de guerra disuasiva no se sabe con certeza sus componentes, por lo tanto menos la forma efectiva de aliviar sus efectos.
"Como son armas de guerra y disuasivas, no se sabe de qué están hechas. Todo lo que se dice son suposiciones. Nadie sabe sus componentes, tampoco los toxicólogos y en realidad es bien pobre la literatura científica que existe al respecto", manifiesta Cavieres.
Hablando de los efectos que pueden provocar en las personas, éstos pueden ser agudos o crónicos. La académica de la U. de Valparaíso detalló que más que tomar agua con bicarbonato o chupar un limón, lo más efectivo es alejarse de la fuente.
En el caso de una reacción aguda, solo es necesario escaparse del lugar donde se lanzaron lacrimógenas, mientras que una exposición más prolongada y quizás en personas alérgicas, la recomendación de la especialista es asistir a un centro médico.
Vendedores de mascarillas
El ingenio da para todo y junto a la contingencia, aparecieron vendedores de mascarillas, que a $100 la unidad, aportaron a pasar las molestias de quienes andaban en el centro durante la mañana . Marcelo, quien vive en Nueva Aurora, fue uno de los ambulantes que salió a vender mascarillas y en un ratito toda la fila de personas que esperaba ingresar a Ripley le compró una. "Hay que ser inteligente, comprar al por mayor y salir a ayudar a la gente, porque al final no es tanto lo que gano, pero me ayuda estos días", sostiene el vendedor.