La nueva vida del exruletero Sergio Riffo en México
El joven atacante viñamarino ya lleva tres años en el fútbol azteca, en donde ha defendido los colores del Irapuato y Celaya FC, en el Ascenso MX.
Manuel Gómez Poblete
Preocupado por el estallido social que remece con fuerza a nuestro país, pero también luchando por alcanzar un nombre y consolidarse en la Liga de Ascenso MX (un equivalente a la Primera División "B" en Chile), está el exatacante de Everton, Sergio Riffo Díaz, quien tras dejar -en no muy buenos términos- la tienda viñamarina, optó por probar suerte en México, siendo hoy en día uno de los atacantes extranjeros de los "Toros" del Celaya FC, en el Estado de Guanajuato.
Emparejado y con ahora 22 años de edad, esta expromesa ruletera -que reconoció fallas y/o errores compartidos en su paso final por Everton- recibió el llamado de La Estrella, reiterando, entre otras cosas, que no se cierra a, en un futuro... volver al club de sus amores en Viña del Mar.
"Llevo dos años y medio jugando en el Celaya y estuve también como seis meses en Irapuato", nos señala de entrada este joven valor oriundo de Santa Inés, quien reconoce haber pasado por momentos buenos y malos en la liga azteca.
"He pasado por altos y bajos en estos tres años. Al principio partí bastante bien... jugué e hice goles en el primer torneo. Luego llegó un técnico que no me tuvo en cuenta y tras ello partí a Irapuato, para tener más ritmo... llegamos a semifinales ahí. Tras ello tuve otros seis meses bastante malos ya que por problemas de la directiva y un promotor que hay acá, quedé otra vez sin jugar por temas administrativos. Pero ahora ya estoy bien y este año ha sido bastante bueno, he tenido más regularidad y también he convertido algunos goles", señala Riffo desde México, quien acaba de festejar la clasificación de su equipo a la liguilla del Ascenso MX, en donde su rival de octavos de final del Apertura será el Tampico Madero.
Mucho picante
De la vida y su estadía en México, Riffo reconoce que a pesar del paso del tiempo, aún no se acostumbra al excesivo "picor" de las comidas en tierras aztecas.
"La comida se me complicó desde un principio. Y hoy me sigo complicando con el picante, que es muy habitual acá. Y lo otro que aquí la ciudad es también algo insegura por todo el tema de los carteles (de la droga) que están como peleándose la zona, entonces, se ha puesto como inseguro y por ello se me complica por el tema del miedo acá en Guanajuato, Celaya".
Más roce
En cuanto al nivel del ascenso mexicano, el viñamarino indica que "el juego acá es mucho más físico que en Chile.. hay más roce. Igual siento que en la Primera B nuestra hay jugadores incluso de mayor calidad, pero acá el roce es distinto. Y lo otro es la altura, ya que aquí en Celaya hay como 1.600 ó 1.700 metros de altura, lo que me molestó mucho al principio... me ahogaba bastante, pero ya me acostumbré al tema. Ahora, jugar en Toluca con 2.600 metros si que complica, ya que incluso es más que Calama y se nota bastante".
-Y respecto a su futuro en lo futbolístico, ¿qué ha pensado?
"La idea es seguir jugando acá en México o en alguna liga extranjera. Me quedan dos años más de contrato, pero también si puedo volver a Chile... bienvenido sea".
-Y en tal sentido, ¿se ilusiona con volver algún día a Everton?
"Yo no lo descarto, ya que el cariño por el club es siempre el mismo. Toda mi familia es evertoniana, van siempre al estadio y yo los sigo desde acá. Y si bien salí mal... sí me gustaría volver en algún momento a Everton, quizás por una revancha, pero también porque toda mi gente es de Viña".
-¿Alguna autocrítica al respecto, pues por ahí se dijo que usted se "creyó el cuento" antes de tiempo Everton?
-Lo de creerme el cuento, no creo... aunque sé que lo habló gente de ahí del Everton. Sí mi autocrítica pasa por apresurarme en algunas cosas como por ejemplo que siendo muy joven, tal vez me urgía un contrato profesional; pero también sentí que en algunas situaciones me fueron dejando mucho de lado. Por ejemplo en la final por el ascenso en Puerto Montt, no me dejaron viajar con el equipo y por ello que sentí que me pasaron a llevar en ese sentido. Luego en la cena que se hizo después en el Casino de Viña, creo, tampoco me dejaron ir... y yo he estado desde los 7 años en Everton. Ahora, también reconozco y hago la autocrítica, ya que le hablé de mala forma y por mi calentura en ese momento a Ignacio Hierro (exdirector deportivo del club), lo cual no debió haber sido así (...). Pero el hecho de estar sólo acá, con mi mujer, me ha permitido ir creciendo y madurando en todo sentido", concluyó un Riffo que al oírlo por teléfono, se percibe como un joven mucho más sereno y maduro que el que partió hace un par de años.
manuel.gomez@estrellavalpo.cl