Fundación preserva el legado de María Martner
Sus murales de piedra son parte del patrimonio artístico de la región. Iniciativa busca restaurarlos y ponerlos en valor. Llaman a maestros capacitados por ella.
En la avenida Argentina, frente al Congreso, a veces lamentablemente cubierto por las ropas usadas que ofrecen los feriantes algunos días de la semana, está uno de los murales más conocidos de María Martner: un homenaje a Radomiro Tomic, en la plazoleta que lleva su nombre y que, curiosamente, muy pocos porteños conocen como tal.
Unos metros más allá, en el Muelle Barón, está una de sus últimas obras : "La rosa de los vientos", una pieza de inspiración náutica que llama la atención de los visitantes y que ciertamente deberá ser preservada cuando se intervenga el sector para la construcción del nuevo Parque Barón.
Siguiendo por el borde costero hasta llegar a Playa Ancha, por la subida Carvallo, se puede encontrar "Vida oceánica", un mural de gran extensión, realizado en 1973 y declarado monumento histórico.
Las obras de María Martner, una de las grandes artistas contemporáneas chilenas, engalanan espacios públicos y privados en nuestra región y en diversas ciudades del país.
Pero, especialmente aquellas ubicadas al aire libre, requieren de un proceso de conservación y restauración, además de una puesta en valor que permita visibilizar correctamente el legado de la talentosa artista.
Estas tareas son las que se ha propuesto, en parte, la Fundación María Martner, fundada en 2018 por Cecilia Velasco Martner, hija de la artista, y Rubén Darío Gil, actual presidente de la organización.
Para ello están trabajando, explica Gil a La Estrella, con diversos enfoques. A futuro, el objetivo es perdurar la obra de María Martner enseñando su oficia a través de una escuela o taller que rescate la técnica del muralismo en piedra.
En lo más inmediato, están enfocados en la conservación y puesta en valor de los murales ubicados en espacios públicos y en reunir a los maestros y trabajadores que fueron capacitados por María Martner para ayudar a reconstruir sus técnicas.
"La idea es visibilizar la obra de María Martner y, en un futuro no muy lejano, poder preservar y restaurar las obras que son públicas, por lo menos en Valparaíso, que están en bastante mal estado", señala Rubén Darío Gil.
Por lo pronto, la fundación ha establecido contacto con la municipalidad de Valparaíso, en lo que respecta a los murales ubicados en avenida Argentina y subida Carvallo, y con la empresa Puerto Valparaíso, para "La rosa de los vientos" del muelle Barón.
"Estamos tratando de generar conciencia y conseguir aportes financieros para conservar la obra de María Martner y, en el futuro, armar una escuela de muralismo en piedra, técnica que es única en el mundo", explica Gil.
Búsqueda de maestros
Un paso en este sentido es reunir a las personas que trabajaron con María Martner en la elaboración de los murales en Valparaíso. "Cuando le encargaron estas obras, ella contrató y capacitó maestros, a ellos les enseñó su arte, la técnica con que hacía los pastelones, su forma particular de trabajar desde lo más chico a lo más grande", explica el representante de la fundación.
El objetivo es tomar contacto con quienes trabajaron con ella, para reunir la mayor cantidad de antecedentes sobre el trabajo específico del muralismo en piedra.
"La forma en que María Martner entendía el muralismo en piedra es única en el mundo; a diferencia de la obra pictórica, ella armaba obras figurativas o realistas con las piedras de colores que ella misma buscaba en terrenos o canteras de la zona", dice Gil.