El drama de los choferes que van rumbo a la Quinta
Camionetas que llevaban a Ricky Martin y a Kramer, recibieron lluvia de piedras y quedaron inservibles. Un conductor resultó lesionado y se quedó sin pega.
"Somos trabajadores y los vehículos son nuestros (...) No nos hagan daño, por favor. Tenemos muchos compañeros heridos y vehículos dañados", dice F.D., conductor de una de las van que traslada a los artistas del Festival de Viña del Mar durante estas jornadas.
El hombre, quien pidió ser identificado con sus iniciales por temor a represalias, asegura que desde los hoteles salen con resguardo policial, pero que cuando llegan a la altura de Álvares con Quinta, son atacados con piedras, palos y pinturas. "Nosotros trabajamos por dos turnos: uno de noche y otro de día, con 45 conductores cada uno. El de la noche es el más complicado, porque las turbas tiran piedras a los parabrisas y al capó. Ha sido tal el nivel de violencia, que tres camionetas quedaron inservibles", acusa.
Según explica, todo comenzó el domingo, cuando dos compañeros suyos trasladaron al cantante Ricky Martin y al comediante Stefan Kramer junto a su esposa Paloma Soto y sus cuatro hijos.
"La van de Ricky Martin salió del hotel y cuando iba llegando a la altura de Quinta se devolvió porque se encontró con la turba. Después volvió a salir con escolta de la Policía de Investigaciones (PDI), logró entrar al recinto con algunos piedrazos, pero la otra van que venía detrás, con sus músicos, quedó con todos los vidrios quebrados. Fue terrible", relata.
En el caso de Kramer, el conductor fue el más afectado. "A esa van la atacaron con mucha violencia. Le arrojaron pintura al interior, al conductor le cayeron los vidrios del parabrisas, se le subió la presión y con mucho esfuerzo logró llegar a la Quinta. Quedó mal, muy mal", manifiesta el colega.
Se quedó sin pega
En efecto, L.C., el conductor de Kramer, resultó con erosiones en su rostro. "Me rompieron el vidrio lateral del vehículo con una piedra y una bomba de pintura que me llegó en toda la cara. Fue muy complicado porque tenía poca visión por la pinturay los vidrios rotos", cuenta.
Pese a sus lesiones, el conductor siguió el recorrido hacia la Quinta Vergara. "Lo que más me preocupaba eran los niños y la esposa de Kramer, que estaban muy nerviosos por el impacto. Traté de esquivar las piedras pese a la poca visibilidad por la pintura en mi cara. Estamos con la causa, pero no con la violencia", manifiesta.
Por lo anterior, el porteño L.C., se quedó sin trabajo. "La camioneta quedó inservible, llena de pintura y los vidrios quebrados. Así no puedo seguir con el contrato, lamentablemente", afirma. Al llegar al recinto, el conductor fue atendido por personal del Samu, Bomberos y enfermería.
F.D., por su parte, agrega que junto a sus compañeros trabajan de manera independiente. "Nosotros le prestamos servicios a 'Bizarro', que es la empresa que produce el Festival y trabajamos con nuestros propios vehículos. Queremos aclarar que somos un equipo de hombres y mujeres que brinda un servicio y que no tiene nada que ver con la municipalidad, con un político o con un concejal", enfatiza.
Para evitar otros ataques, el conductor, quien lleva 16 años trasladando a los artistas del certamen, sostiene que les sacaron "todas las pegatinas del Festival y de los canales de televisión para que nos dejaran de tirar piedras".
En entrevista con El Mercurio de Santiago, Jorge Ramírez, director de Multimúsica y responsable de la visita de Ricky Martin a Viña, expresó que lo sucedido podría haber hecho que el artista suspendiera su presentación.
"Lo que pasó puede graficarse como si hubiera sido una emboscada en la época más violenta del narcotráfico colombiano: tres camionetas Suburban salieron del hotel (donde se hospedaba el intérprete), donde por suerte cambiamos al artista y no iba en el primer vehículo", dijo.
Y agregó: "Fue el más sereno de todos, porque en esta condición, un artista sencillamente da media vuelta y se va cuando no encuentra las condiciones para hacer su trabajo".