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Al volante sufren con los tacos en las previas al Festival

Desvíos por el plan de seguridad en el par Viana-Alvares han colmado la paciencia de los conductores.
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Fabián San Martín D.

Verano en Viña del Mar es sinónimo de congestión, y si a eso se suman los desvíos de tránsitos especiales dispuestos por seguridad con motivo del Festival de la Canción, el problema se agudiza.

Quisimos hacer un ejercicio de la situación del tráfico en una hora peak de la tarde. Salir de Valparaíso y transitar por avenida España resulta expedito a medida que se avanza. Son las 17.45 horas y el automóvil se detiene a la altura del club de yates de Recreo. Todas las pistas están ocupadas y el flujo se vuelve lento. Se avanza unos metros y en algunos tramos aumenta un poco la velocidad pero es solo un espejismo.

Antes de llegar a Caleta Abarca asoman los vendedores ambulantes que se escabullen entre los vehículos. Llegando al Reloj de Flores algunos ya se impacientan y se oyen los primeros bocinazos.

Motoristas imprudentes se desplazan por la vereda derecha y hacen riesgosas maniobras de adelantamiento en la calzada. Crecen los bocinazos, en especial de los micreros, a medida que muy despacio se acerca Agua Santa.

Ahí en el cruce regulado por semáforo ya se produce el caos, con vehículos atravesados en medio de la vía, impidiendo el flujo de uno y otro lado. Jóvenes con chalecos reflectantes se cruzan entre los vehículos ofreciendo estacionamientos para el Festival y continúan los infaltables ambulantes. Micros y particulares "se tiran" los vehículos para virar hacia la izquierda en el primer desvío en Ecuador.

La cosa se pone más complicada un poco más adelante en Villanelo, donde se impide el paso hacia la Quinta por Álvares y hay que doblar hacia Uno Norte. Hay carabineros que solo permiten el acceso a residentes, y al que se arriesgue a seguir bajo su responsabilidad, advierten, porque en ese momento hay incidentes. La mayoría dobla en U de regreso por Viana, que en este sector también colapsa en dirección al Puerto.

Ya son las 18.30 horas. Casi 45 minutos en un tramo que no debiera tomar más de 5. "Todo mal planificado por las autoridades, las esperas son eternas y existe mala señalización", dijo un malhumorado colectivero.

"Necesariamente tengo que pasar por acá para ir a mi casa y los tiempos se triplican. Que se acabe luego el Festival no más", reclamó otra resignada conductora.