Alumnas de Barros Luco y Liceo 1 aún no pueden iniciar el año escolar
Tras el terremoto del año 2010 la Escuela Ramón Barros Luco se vio gravemente dañada, y las alumnas debieron ser trasladadas durante el año 2011 hasta 2019 a las dependencias de la Scuola Italiana de Valparaíso.
Mientras que el edificio, al ser considerado monumento nacional en 2012 la empresa Veisa ganó la licitación para restaurar el recinto, sin embargo no se pudo concretar pues se declaró en quiebra.
En diciembre de 2017 nuevamente se entregaron recursos para iniciar la restauración de la escuela patrimonial de Ramón Barros Lucos. Su arreglo estaba a cargo de la empresa Puerto Principal y debía finalizar durante el año 2019, sin embargo los constantes retrasos en la reconstrucción del edificio llevaron al Concejo Municipal de Valparaíso a finalizar el contrato con la empresa constructora.
A raíz de lo anterior, durante el año pasado se decidió trasladar a la comunidad al Liceo 1, que actualmente se encuentra en reparaciones para albergar de manera adecuada a ambas comunidades.
Lorena Calisto, secretaría del Centro General de padres de la Escuela Barros Luco, señaló que durante una visita al Liceo 1 de Valparaíso el día jueves 27 de febrero se dieron cuenta que las niñas no podrían retornar a clase el 5 de marzo. "Las condiciones de seguridad e higiene no estaban dadas ni para las niñas ni los docentes", señala Calisto.
Lo mismo reconoce Marcela Pérez, representante del consejo gremial de profesores, "no tenemos las condiciones laborales, pedagógicas, y tampoco las condiciones higiénicas ni de seguridad para recibir a las niñas".
Mientras que la directora subrogante de la Escuela Ramón Barros Luco, Bernice Martínez, explica que este lunes 9 de marzo se hará una evaluación de los avances en las obras. "Si es que está todo en orden, estaríamos en condiciones de empezar el miércoles 11", señaló la directora.
Respecto a cómo será la convivencia entre ambos establecimientos, la directora explicó que en el patio se pondrán rejas para dividir el lugar y así evitar conflictos entre estudiantes y trabajadores. "El único espacio que vamos a compartir es el comedor, los baños también están separados", agregó Bernice Martínez.
530 alumnas matriculadas de la escuela Ramón Barros Luco no pueden iniciar sus clases.