Hoy un elemento microscópico de la naturaleza, un virus; cual Armagedón nos golpea y de paso nos canta la cartilla, nos impulsa a dar examen ante la vida y como consecuencias inmediatas; chao a cualquier reforma, demandas, abusos, genero, ideologización, DD.HH., conformidad o disconformidad, presiones, etc., chao al yo soy de izquierda, derecha o de marte, chao a todo; pero ¿por qué?, porque somos casi nada y quien manda en definitiva es la naturaleza, nuestro origen y como vemos todo yace subyugado cual obediente ciervo a ella, obviamente las razas humanas, líderes, presidentes, tiranos, no tiranos, políticos, usted, yo; todos. Profunda lección que entrega a la especie humana, en general arrogante y depredadora, pero débil en determinadas circunstancias como un bicharraco, afortunadamente provista de tesón y fuerza; además ostentosa de su ciencia en quien ahora deberíamos confiar la esperanza y quizás desprovista de más humildad y filosofía; la misma que se tilda de ser la más "inteligente". Pero la madre natura nos señala con una cachetada tal vez bien merecida, nuestro error.
No somos semidioses, solo frágiles aunque soberbios seres de la naturaleza a quien insistimos en extorsionar y sobrepasar reiteradamente. Aprovechemos, pensemos e intentemos aprender algo de ésta crisis planetaria.
Expertos
Todos han sido afectados por la pandemia del Covid-19. Vidas peligran, la economía sufre y el porvenir se ve con recelo. Sin duda, la situación exige ciudadanos y autoridades responsables y conscientes. Lamentablemente, la respuesta de varios no ha estado a la altura de las circunstancias.
El afán por figurar en tiempos de crisis ha sido mayúsculo, y los alcaldes son un claro ejemplo de ello. Nicolás Maquiavelo aseveró que "en general, los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven". Está ha sido la tónica, pues muchos han manifestado opiniones como si fueran expertos en el tema. Llamados a medidas populares, como la cuarentena total, sin tener en cuenta lo que organizaciones que comprenden lo que ven, como la OMS, puedan decir al respecto. Los tiempos exigen dejar estas prácticas demagógicas y, de una vez, dejar trabajar a los que saben. Ojalá estemos a la altura.
José Manuel Caerols S.
Nicolás Martins.