Es hora de que el Estado gaste en serio
Es hora de que el Estado vele, no sólo por algunos, sino que por la ciudadanía en general.
La mayor crisis del último siglo, no se puede enfrentar haciendo lo mismo de siempre, sugeriría que el Estado aporte, por mes y mientras dure la pandemia, para aquellos que estén por diversas razones con sus ingresos mermados o lisa y llanamente sin ingresos económicos, no menos de un salario mínimo por hogar y familia, más los $50.000 por cada carga familiar.
Si las personas viven solas, que perciban montos menores y los jubilados, con pensiones indignas menores a $ 200000, reciban el equivalente que complete un sueldo mínimo.
Para ello sería necesario efectuar una breve encuesta o catastro, vía internet o a través de las municipalidades.
En esta encuesta o catastro se consultarían datos socio-económicos básicos, tales como: número de integrantes del grupo familiar, con sus nombres y Rut, domicilio, profesión u oficio, ocupación actual. Si no cuenta con esta y desde cuándo. Si es o no independiente, si impone y donde, ingreso actual del grupo o individuo, etc.
Luego de este "empujón", a todo trabajador informal, se le debe informar que a contar del término de la pandemia se les considerará renta presunta mensual y deberán imponer, considerándose para tales efectos el salario mínimo vigente.
Esto hará que cientos de miles de personas, que hoy no aportan nada al país, desde ese momento deban hacerlo y no seguir siendo solo una carga que además perjudica a los que siempre han impuesto y tributado.
De este modo, los trabajadores informales, podrán acceder a los beneficios sociales de manera más digna, sin necesidad de ser categorizados como indigentes, como sucede actualmente con FONASA.
El estado cuenta con suficientes recursos en el extranjero, en la forma de Fondos Soberanos. De no hacerlo, la catástrofe sanitaria será menor a la catástrofe social que se nos avecina.
Patricio Novoa Valle.
Daniel Zapata Zapata .