El complejo escenario que vivimos producto de la pandemia, con recintos deportivos cerrados por tiempo indefinido hace más de un mes, ha mermado todas las disciplinas deportivas. El deporte tuerca no es ajeno a esta paralización y, en vista de que no se puede proyectar un regreso a corto plazo, la situación se vuelve particularmente compleja en el mundo de la velocidad.
Así lo explica el presidente del Club de Automovilismo de Quilpué, Hermann Rauter, quién da cuenta del difícil presente que vive la Asociación, cuya paralización vino cuando estaban en plena preparación para la segunda fecha del campeonato que se debía disputar la primera semana de abril en la Villa Olímpica.
"Hemos tratado de mantener a nuestros pilotos y socios involucrados en el automovilismo y mantenernos activos hasta que pase esta pandemia y poder retomar nuestras actividades. Teníamos el calendario programado con fechas fijadas y con todos los elementos establecidos incluyendo auspiciadores. Con esta situación se nos bajaron los auspicios hasta nuevo aviso y económicamente es una perdida grande", explica Hermann. Esto se vive también a nivel de cada piloto que maneja sus patrocinadores y que también tienen sus situaciones particulares.
La situación económica también se vive en el autódromo, donde la suspensión de las carreras influye directamente en la pérdida de dinero en cuanto al público que asiste al recinto quilpueíno, que mensualmente se calcula en dos mil personas. "Las pérdidas que hacemos por mes son de entre 10 y 15 millones, lo que es bastante, considerando que nosotros contamos con personal que trabaja de planta y que tenemos que pagarle sus ingresos, por lo que hemos tenido que tomar algunas medidas en ese sentido hasta que volvamos a funcionar", dice preocupado Rauter.
Proyectos en pausa
La temporada de carreras en el recinto de la Ciudad del Sol alcanzó a disputar solo la primera fecha en el mes de marzo, en un año que contemplaba el desarrollo de proyectos a nivel de infraestructura en el autódromo, los que se han debido posponer producto de la cuarentena. Es el caso de una nueva torre de tres pisos que llevaba un 90% de avance y que permitirá mayor comodidad para los comisarios, locutores y equipo técnico.
Por otro lado, siguiendo la tónica de la video conferencia, los directores del autódromo de Quilpué han debido adaptarse a las reuniones por virtuales, para discutir los escenarios que plantea esta crisis. Por lo mismo, pensando en el regreso a las rutas, también se produce cierta incertidumbre teniendo en cuenta los casos particulares que debe vivir cada piloto y el público que llega al autódromo.
"Es posible que cuando volvamos a retomar las carreras no sea con la misma fuerza de antes", finaliza Rauter.
Lucas Suárez Torres
La Estrella de Valparaíso