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Uno de los efectos que tiene la propagación del COVID-19 en nuestro país, es la adaptación que se han dado en diversas ramas, donde la tecnología aparece como la gran aliada. De esto, el club de básquetbol porteño, New Crusaders no se restó y debió cambiar su cancha por las pantallas.

Aunque es una práctica que va en alza, la presidenta de la rama masculina del club, Yasna Cueto, comenta que se han ido adaptando al teletrabajo y actualmente, ofrecen entrenamientos los miércoles y viernes, a las 16:30 horas para niños y niñas entre los 8 y 11 años, mientras que, los varones de 12 a 16 años, cumplen con sus prácticas a las 17:30 horas a un valor de cinco mil pesos mensuales, con la idea de fomentar el deporte y la recreación pese a la cuarentena.

"Ha sido una experiencia distinta, pero la idea es seguir aumentando para dar una ayuda a los jóvenes que no tienen actividad física en la casa. Son dos veces por semana, la idea es seguir aplicando este método e invitar a chicos que quieran participar", comenta Yasna.

Buscando la forma

En cuanto a como se ha aplicado este sistema, han existido cambios desde su implementación, según explica la dirigenta. "Primero mandamos rutinas de ejercicio para la casa, el profesor pedía videos o fotos para monitorear, no resultó mucho esa modalidad. Después estuvo la idea de conectarse mediante Zoom y la recepción fue mejor. Normalmente en las prácticas físicas tenemos 60 chicos y ahora estamos trabajando alrededor entre 15 y 20 porque hay problemas de conexión o hay quienes no pueden conectarse".

Del entrenamiento como tal, estas son rutinas de sesenta minutos que tiene como enfoque el baloncesto y ejercicios ligados a la disciplina; de los implementos, el entrenador se adapta a lo que tenga en su hogar, como lo son palos de escoba, balones o reemplazos de otras herramientas para poder cumplir con el trabajo físico de cada uno de sus pupilos.

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