"Sam Kudo" revolotea a un año de la muerte de Bastías
El célebre caricaturista dibujó durante más de 40 años para La Estrella y El Mercurio. Su hijo Iván recuerda hoy los hitos de este gran creador de "monos".
Redacción - La Estrella de Valparaíso
Rubén Bastías tuvo la oportunidad de hacer algo que pocos han hecho en la vida: poco antes de morir, hace exactamente un año, dibujó la caricatura que se publicaría póstumamente en La Estrella, en su recordada sección "Sam Kudo". Es una viñeta simple, donde aparecen sus dos clásicos mosquitos, en silencio, y sobre ella la leyenda "Hasta siempre, Sam Kudo".
Durante más de 40 años, Rubén Bastías dibujó sus "monos" -como solía llamarlos- para los diarios La Estrella y El Mercurio de Valparaíso, convirtiéndose, junto a Lukas, en los mayores referentes de la caricatura local.
Su hijo Iván Bastías, quien se ha encargado de recolectar su material y quien en 2007 le organizó la exposición "30 años con los monos", junto a la publicación de un libro con una selección de su trabajo, recuerda hoy, a un año de su muerte, que su padre dibujó hasta el último momento. Una severa enfermedad fue complicando su salud en los últimos meses, lo que le impedía salir de su casa, pero se mantenía al tanto de la actualidad para imprimir la contingencia necesaria a los diálogos del "Sam Kudo" y a la viñeta editorial de El Mercurio.
Iván Bastías incluso revela que, poco antes de fallecer, su padre dibujó, en una orilla del diario, a mano alzada, una pequeña viñeta donde él mismo adelantaba su fallecimiento. Estaba consciente de su pronto destino, pero no dejó de dibujar.
Larga trayectoria
Nacido en La Serena en 1935, retornó con su familia a Viña del Mar cuando era un adolescente, para terminar sus estudios secundarios. Se casó con Olga Castex y tuvieron tres hijos: Iván, Rubén y Patricia.
Siempre manifestó interés por el dibujo. A los 15 años, siguió un curso de dibujo por correspondencia y muy joven entró a trabajar al desaparecido diario La Unión de Valparaíso como ayudante, a limpiar pinceles.
Cuando vieron la habilidad que poseía para el dibujo, a raíz de la visita de un buque de guerra de Estados Undos al Puerto, se le ocurrió realizar una caricatura de un oficial; en el diario quedaron impresionados por su talento y pasó a trabajar en el departamento de diseño.
Trabajó también en publicidad y fue fundador de la agencia Pembag junto con sus socios y amigos, Renzo Pecchenino "Lukas" y Luis Muñoz Ahumada. Allí crearon campañas publicitarias para grandes empresas de la zona.
En la empresa El Mercurio de Valparaíso dibujó para ambos diarios durante cuatro décadas. En La Estrella es recordado por sus aportes en el desaparecido suplemento humorístico "La Chueca" y por su inolvidable Sam Kudo. Uno de sus trabajos más célebres fue la ilustración del fusilamiento de los sicópatas de Viña del Mar, en 1985, donde no se permitieron cámaras fotográficas y Bastías despachó valiosas ilustraciones de ese histórico momento.
Homenaje
Poco antes de morir, Bastías recibió un homenaje en vida, durante el lanzamiento del libro "Lukas en El Mercurio de Valparaíso".
Su hijo Iván sigue recolectando los "monos" de su padre y no desecha la idea de hacer una nueva publicación con el legado de su padre, el inolvidable Sam Kudo.