Aseguran que hospital optó por manejo compasivo sin consultar a familiares
Se trata de un hombre de 80 años, crónico, que se contagió de COVID-19 al interior del Fricke, tras ser operado de la cadera.
Belén Velásquez N. - La Estrella de Valparaíso
Angustiada se siente una familia viñamarina luego de que el padre, Wenceslao Serey, de 80 años, se contagiara de COVID-19 mientras se encontraba internado en el hospital Fricke de Viña del Mar a causa de una fractura de cadera. El paciente, además, sufre de enfermedades crónicas como diabetes, problemas cardiacos y respiratorios debido a una tuberculosis que contrajo años atrás, según su hija, Mariela.
Ella relató que su padre ingresó al recinto hospitalario el 1 de julio luego de sufrir un accidente casero, fue operado, salió bien de la intervención, pero cuando estaba próximo a recibir el alta se supo que estaba contagiado y su condición se complicó.
Nadie les avisó
"Cuando se contagia no nos llama ningún médico, pero tengo redes y pude averiguar qué le pasaba a mi papá porque estuve tres días sin poder hablar con él y antes nos comunicábamos siempre por teléfono y un día no supimos más", contó Mariela.
Agregó que "esos días que no hablamos, él estaba delicado de salud y nadie nos dijo nada. Luego supimos que se logró estabilizar y luego que se volvió a agravar así que lo llevaron a la UCI intermedia. Los médicos me preguntaron hasta dónde queríamos llegar y yo les dije que él quería vivir así que tenían que hacer todo lo que pudieran en caso de que requiriera algún tipo de ayuda para respirar más invasiva y me advierten que es complicado por la condición crónica de él".
No más uci
Posteriormente, Mariela dice que le informaron que su papá mejoró "y estábamos extremadamente felices", pero al día siguiente "me llama el médico M.P. y me dice que mi papá no va a mejorar por su condición de base y que se había determinado en la Comisión Médica que si volvía a requerir UCI, no se le iba a dar porque no era candidato para mejorarse", relató Mariela.
Agregó que el médico le aseguró que se trataba de manejo compasivo y que "independiente de lo que dijera la familia, la decisión la tomaban ellos porque mi papá no era candidato para la UCI porque era probable que no la resistiera. En otras palabras dejarían que se muriera y creo que eso es discriminación hacia un adulto mayor".
Mariela recurrió a la ONG Desinflámate, donde el abogado Rubén Cáceres tomó el caso y explicó que "en la práctica se entiende por manejo compasivo que no se van a realizar mayores conductas médicas, sino que va a quedar en observación y para eso debe mediar el consentimiento informado del paciente y si no está con sus facultades, debe otorgarlo la familia, tal como lo estipulan los artículos 14 y 10 de la ley 20.584 de Deberes y Derechos del Paciente. La familia no está por el cuidado compasivo, sino que quieren llegar hasta donde más se pueda, aunque sean tratamientos invasivos, tampoco se le han informado los riesgos. Esto es grave porque el facultativo debe obtener el consentimiento por ley".
Reclamos
El abogado agrega que "no obstante de que el paciente vaya a estar siendo controlado, la familia no quiere, quiere que se sigan efectuando conductas médicas. Por eso se han hecho los reclamos correspondientes y se ha enviado a la Superintendencia de Salud y al Ministerio de Salud y necesitamos una pronta solución. Estamos evaluando eventualmente un recurso de protección, que es lo más rápido".