Ramírez lucha con los problemas para viajar que tiene Wanderers
El técnico del Decano apela a la flexibilidad de las autoridades para que al equipo se le permita concentrar en Santiago antes del duelo ante Colo Colo. De no conseguir esta autorización, deberán partir la misma mañana del sábado.
El partido entre Colo Colo y Wanderers, que dará el vamos al retorno de los duelos de Primera División en nuestro país, se encuentra a la vuelta de la esquina, y si bien desde el Decano asumen con felicidad la noticia de volver a vestirse de corto, también hay preocupación por lo problemas que significan jugar en la capital.
Según el protocolo emanado desde la ANFP, los clubes que jueguen en condición de visita solo podrán concentrarse el día previo en la ciudad que les toque jugar cuando haya una distancia de más de 200 kilómetros entre las zonas, razón por la que, al menos hasta el momento, los verdes deberán viajar el mismo sábado en la mañana para disputar el pleito ante los albos que comenzará a las 13.30 horas.
"Es muy incómodo, porque no sabemos cómo vamos a hacer la charla, los jugadores además tienen un tiempo que normalmente se toman para masajearse, ponerse las vendas, para poder hacer todos los rituales que corresponden, y hay un tiempo que Marcelo Oyarzún emplea para el calentamiento que es de 35 a 40 minutos", aseguró Miguel Ramírez, adiestrador caturro, añadiendo además que "se supone que no se puede concentrar, pero el desplazamiento que tienen que hacer varios de nuestros jugadores para poder llegar a Valparaíso a tomar el bus es muy largo, porque algunos viven en Limache, Quintero, Papudo, Catemu, Quilpué, Concón, Viña y Reñaca, entonces nuestro viaje va a durar más de tres horas desde que los jugadores salgan de su casas, por lo mismo hemos tratado de dar aviso a esta situación y tener la posibilidad de concentrar, porque es fundamental para el jugador el poder llegar al partido lo menos tenso posible".
Claro que el "Cheíto" no se quedó allí, y profundizó además en que "espero que no nos pare el cordón sanitario, porque eso igualmente nos va a retrasar mucho más. Si no nos permiten concentrar, seguramente los jugadores van a tener que desayunar cada uno en sus casas, comiendo lo mejor que se pueda, y juntarnos para viajar en una situación la que, si bien es cierto que uno entiende que hay que cumplir los protocolos, también podría haber flexiibilidad para que los jugadores llaguen en buenas condiciones, porque estar arriba de un bus tres horas no es agradable, además esta el temor al paro de los camioneros y no sabemos qué puede pasar en ese sentido".
El estricto protocolo del regreso al fútbol detalla que los entrenadores no podrán realizar las charlas en un espacio que no cuente con distancia social y además deberán usar algún barbijo de protección en su cara durante todo momento. Al respecto, el mundialista adelantó que "usaré la mascarilla solamente, no me veo con esas pantallas grandes en la cara, porque además deben cansar la vista. No va a haber gente en las tribunas, y uno es apasionado, grita, da órdenes y atenciones, así que espero que no sea desagradable el tener ese aparato ahí en la boca".
Victoria fundamental
Enfocándose en el cotejo mismo, el otrora ayudante de Claudio Borghi en la selección chilena prefirió no explayarse en lo que será la táctica para el duelo ante Colo Colo, adelantando que tiene varios jugadores tocados y que recién hoy definirá la formación definitiva.
"Así como los equipos tienen cualidades que te permiten ganar partidos, también tienen dificultades a la hora de enfrentar rivales que son difíciles de expresar públicamente, porque estaría dando a entender al equipo rival cómo vamos a jugar, pero Colo Colo tiene cosas que nosotros podemos aprovechar teniendo en consideración una cosa que es fundamental, el rendimiento nuestro, que los verdes se la pasen a los verdes, que podamos tener el control del juego, que podamos ser los protagonistas y hacer el juego que estamos planificando para poder ganar ese encuentro, porque sin duda que para los dos equipos es fundamental ganar", cerró Ramírez.
"Estar tres horas arriba de un bus no es agradable, además está el temor de lo que pase con el paro de camioneros".
Miguel Ramírez