Priscilla Barrera Ll.

Sentimientos encontrados manifestaron ayer residentes del barrio de Curauma en el sector de Placilla en Valparaíso tras el amplio operativo policial que terminó con la detención de tres antisociales que lograron ingresar a la casa de la ministra de la Corte de Apelaciones, Eliana Quezada.

Sentimientos encontrados porque si bien reconocieron que el tiempo de respuesta de carabineros de la Subcomisaría Placilla lo mismo que de los funcionarios de la PDI fue prácticamente inmediata, el hecho de que uno de los 4 sujetos lograra escapar los dejó con una mala sensación, particularmente porque manejan antecedentes que la banda portaba armamento.

Según vecinos que residen en las cercanías de la casa de la magistrado porteña, la presencia de vehículos ajenos al sector es frecuente y deja de manifiesto que muchos antisociales vigilan previamente el sector, estudian el barrio y escogen la propiedad que tendrán como objetivo.

Los vecinos reconocen que a raíz de situaciones delictuales anteriores - portonazos, robos en viviendas, etc. - los residentes se han organizado y que la mayoría de los barrios mantiene un permanente contacto entre sus vecinos para actuar de manera organizada y alertar de cualquier situación sospechosa.

De hecho fue la oportuna llamada de al menos 3 vecinos, la que alertó la presencia de los sujetos que tras reventar la chapa del portón de acceso, lograron ingresar a la casa rompiendo una ventanal posterior, viendo frustrado su cometido ante la rápida llegada de las policías.

A juicio de los residentes, el sector de La Laguna es tranquilo y residencial y siempre, lamentablemente, ha concitado el interés de delincuentes.

Destacan que la presencia policial habitualmente aumenta luego que se producen hechos como los de este martes sin embargo, con el paso de los días, declina y vuelven a sentirse un tanto indefensos.

En prisión

El Juzgado de Garantía de Valparaíso decretó ayer la prisión preventiva para Fernando Andrés González González, Jonny Marcelo Antony Martínez Guevara y Valentina Sofía Díaz Contreras, imputados por el Ministerio Público como responsables del delito de robo en lugar habitado, ilícito perpetrado el 25 de agosto en un inmueble ubicado en el sector de Curauma.

En la audiencia de control de detención, la magistrada Ingrid Alveal Figueroa declaró la legalidad de la detención y acogió la solicitud de prisión preventiva por considerar que la libertad de los imputados constituye un peligro para la seguridad de la sociedad, sumado a que los tres cuentan con causas vigentes y medidas cautelares pendientes.

Al momento de resolver, la magistrada consideró que "estamos en presencia de un robo en lugar habitado frustrado que se castiga como consumado, que en este ilícito participan tres personas previamente concertadas. Llama la atención a este tribunal lo que menciona el Ministerio Público en cuanto a que el vehículo habría sido solicitado por la imputada (a su tío) para que concurriera a ver una situación de salud de su hija de tres años. Para el tribunal resulta relevante este elemento, toda vez que los dos varones tienen causas pendientes que están sujetas a medidas cautelares, como en relación a González que ya se había decretado una prisión preventiva que fue revocada por la Corte de Apelaciones y se decretó una medida cautelar distinta, lo que da cuenta de que se le dan oportunidades y él vuelve a incurrir en un ilícito".

3 sujetos, entre ellos una mujer, fueron detenidos por el robo frustrado a la casa de una ministra de la Corte.

No hubo caso. Por más que Óscar Zamora, cura de la parroquia Nuestra Señora de Andacollo de Valparaíso ubicada en el cerro Ramaditas, mostró su carnet obispal, acabó siendo detenido por personal de la armada en la entrada del Jumbo de Viña de Mar y posteriormente trasladado a la comisaría de Miraflores. El párroco, que por la noche de ayer fue liberado, había ido hasta al supermercado para comprar insumos que irían destinados a las siete ollas comunes que están bajo la tutela de su iglesia.

"Fui al Jumbo de Viña y pasé con mi carnet del obispado, porque hay un artículo que dice que nosotros tenemos permiso para actividades de culto o impostergables, yo tengo siete ollas comunes a cargo de la parroquia y para mí los pobres son impostergables, entonces el marino que me revisó llamó a su jefe, y ellos no tuvieron ningún criterio y me detuvieron. Ante ello, les dije que podía sacar un permiso, pero me dijo que no podía sacarlo ahí, que tenía que traerlo desde la casa y que me tenía que ir detenido y por lo mismo le dije que cumpliera con la ley", aseguró Zamora.

Criterio

Tras estar un par de horas en la comisaría de Miraflores, el párroco indicó que "ya me soltaron, pero esta cuarentena se presta para falta de criterios, porque el marino me dijo que allá iban doctores y ellos también andaban con permiso, y claro, pero el médico va a comprar cosas para su casa mientras que yo voy a hacerlo para mis pobres, entonces creo yo que hay una gran diferencia. El fiscal también entiende que yo violé una ley, y lo que lamento es que sean tan rigurosos para este tipo de cosas, y no me quiero justificar, pero podrían haber usado otro criterio, más considerando que yo todos los días ando con mi carnet haciendo lo que corresponde para la parroquia".

Más allá del mal rato, el cura sostuvo además que "ahora me enteré que hay un permiso colectivo, que voy a ver cómo lo puedo sacar para tener autorización permanente para estar en la calle, el mismo que ocupan los empresarios y las grandes empresas constructoras".

"Les dije que podía sacar un permiso pero me dijeron que no podía sacarlo ahí, que tenía que traerlo de la casa".

Óscar Zamora