La bahía porteña ha perdido el color que le daban las velas
Este mes comenzaba la pretemporada de los deportes náuticos en el Puerto Deportivo Valparaíso, quienes desde marzo no anfitrionan regatas ni competencias de nado en aguas abiertas. Hoy se reinventan a través de las videollamadas.
Camila Rojas Vargas
Ni para el terremoto de 2010 o a causa del más fuerte temporal el deporte náutico, se había abandonado por tanto tiempo el Muelle Barón, pero el panorama hoy es distinto, ya que desde marzo que no se ve ningún colorido velero en la bahía ni se divisan numerosos grupos de personas nadando en el mar porteño.
A raíz de la pandemia, diversas agrupaciones que entrenan en el Puerto Deportivo Valparaíso guardaron bajo techo las embarcaciones y se alejaron de la costa. Los 25 integrantes del Club de Deportes Náuticos Inclusivos de Chile organizaban regatas de competencia y entrenaban toda la semana en dicho espacio con los veleros Hansa, que se manejan con un mando tipo joystick a botones que permiten llevar la embarcación de manera sencilla y sin las implicancias de un timón corriente.
En otro ámbito, el Club Deportivo Hahave reunía al menos 30 nadadores de aguas abiertas que daban vida al Muelle Barón junto al público que presenciaba las carreras de 5 y 10 kilómetros. El canotaje polinésico también se hacía presente en la bahía, al igual que el ahora famoso stand up paddle o surf de remo, veleros y kayak que familias completas podían arrendar para pasar una entretenida tarde.
Más allá de que actualmente todo está parado, Thomas Elton, fundador del Puerto Deportivo, cree que el mar puede ser uno de los espacios aptos para hacer deporte tras el confinamiento. "La superficie marítima que tenemos en Chile es tremenda pero la gente que se dedica a la actividad náutica es la mínima comparado con la población total. Están todas las condiciones para hacer uso del mar, sobre todo después de la pandemia, porque es un espacio en que se respeta la distancia social pues los botes no pueden estar pegados entre sí".
Licencias desde casa
Además de los profesionales de la vela, el muelle unía a los alumnos de todo rango etario que asistían a clases iniciales de la disciplina. "Este deporte es inclusivo e intuitivo, desde niños hasta adultos mayores pueden navegar", recalcó Elton, y por si fuera poco, antes de la llegada del COVID-19, en las aguas también se podía apreciar a los estudiantes que rendían exámenes para obtener las licencias de navegación que exige la Armada, área que el puerto llevó al internet durante la pandemia para mantener activo a su público.
"La academia náutica ya tiene 70 alumnos que asisten a clases semanales por videollamada y que estudian teoría junto a las técnicas para que después, cuando podamos ir al agua de nuevo, comiencen la parte práctica y luego se enfrenten a la toma de examen", explica Elton, que además precisa estar "facultado para dictar cursos que otorgan las licencias 'patrón de lancha deportiva de bahía' que abarca embarcaciones propulsadas a motor en aguas protegidas dentro de bahías, ríos y lagos; y por otro lado, el permiso "patrón deportivo de bahía", que como su nombre lo dice contempla todo tipo de embarcaciones dedicadas al deporte".
Durante septiembre comienza la pretemporada para los veleristas que a causa del virus no podrán disfrutarla en Valparaíso como cada año, tal como los aficionados que tampoco pudieron pasar el "18" en el agua.
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