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En conformidad al Reglamento de la Ley de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, en 1967 se estableció que la brucelosis constituye un riesgo de enfermedad profesional, por lo que el empleador debe informar sobre las situaciones de riesgo y las medidas para su prevención, como proporcionar elementos de protección personal correspondiente.

El año 2000, el Ministerio de Salud, en el Reglamento sobre Notificación de Enfermedades Transmisibles de Declaración Obligatoria, indicó que la brucelosis, es una infección de notificación inmediata. Esto significa que se debe comunicar en forma urgente por cualquier medio al Servicio de Salud correspondiente, desde el lugar en que fue diagnosticada. El Servicio de Salud deberá, a su vez, comunicarlo al Ministerio de Salud, por la vía más expedita.

Entre los años 2001 a 2010 se notificaron 90 casos de brucelosis en personas, de los cuales casi un 70 por ciento correspondió a hombres, pero hubo una víctima fatal una mujer de 21 años, que residía en la Región de Tarapacá.

La curva ha ido variando. El año 2001 los infectados fueron doce, el año 2009 fueron 16, falleciendo una mujer de 76 años, de la Región Metropolitana, y el año 2010 cinco casos.

Este año 2020, por el decreto N° 7 se dictó nuevamente el Reglamento de Enfermedades Transmisibles y la brucelosis ya no es de notificación inmediata. Se relajó la medida y ahora la notificación debe hacerse dentro de las 24 horas siguientes a ser diagnosticada.

Entre los Animales

En tanto la brucelosis animal se ha controlado en las últimas décadas. La enfermedad de mayor importancia económica en el bovino es esta patología que se caracteriza por provocar abortos, nacimiento de terneros prematuros, muertos o débiles, e infertilidad, lo que provoca pérdidas económicas.

Algunos hitos han sido: en 1975, el Servicio Agrícola y Ganadero inició el control de la brucelosis bovina; en 1982 el mismo organismo inició el Sistema de Certificación de Predios Libre de Brucelosis entre las regiones de Coquimbo a Los Lagos; en 1987 se logró erradicar un tipo de brucelosis del ganado caprino: el año 2003, la Región de Magallanes fue declarada libre de brucelosis

El año 2018, el Servicio Agrícola y Ganadero mediante una resolución señaló que se transmite por contacto entre animales infectados y que el ingreso de estos animales a un predio transmite la enfermedad al resto del rebaño y que dado el avance del Programa Nacional de Erradicación de la Brucelosis Bovina, actualmente existe una amplia zona libre que incluye las primeras cinco regiones del extremo norte y las dos regiones australes de Chile, además de las comunas de Chaitén, Futaleufú y Palena en la Región de Los Lagos.

La brucelosis o fiebre ondulante no ha desaparecido entre las personas en nuestro país. Es rara pero ataca y a veces en forma mortal.

Un depredador jurásico en Chile

Los fósiles del reptil oceánico indican que tuvo una mordida más poderosa que la del temido tiranosaurio.
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Agencia EFE

Investigadores chilenos hallaron en el desierto de Atacama los primeros fósiles de pliosaurios encontrados en el país, un reptil oceánico con una mordida más poderosa que la del Tyrannosaurus rex que habitó lo que hoy se conoce como norte de Chile hace unos 160 millones de años.

El hallazgo de los restos de esta especie, conocida por ser uno de los mayores depredadores marinos del Jurásico, consiste en fragmentos de mandíbula, dientes y extremidades correspondientes a dos especímenes, y representa el segundo registro más antiguo de pliosaurios en el Hemisferio Sur.

Los restos fueron encontrados en dos sitios ubicados en la cuenca del río Loa, a unos 20 kilómetros al oeste de la norteña ciudad de Calama, zona que hace 160 millones de años estaba casi totalmente sumergida en el océano Pacífico.

El descubrimiento fue posible luego de distintas campañas realizadas al sector desde el 2017 por un equipo de investigadores de la Universidad de Chile liderado por el paleontólogo Rodrigo Otero, trabajo que ha sido publicado recientemente en la revista Journal of South American Earth Sciences.

"Del primero obtuvimos un fragmento de mandíbula. Del segundo espécimen, hasta ahora hemos recuperado parte de una cintura, aparentemente pectoral, una aleta relativamente completa, y el fémur, que ya se había erosionado en gran parte y fue recuperado peinando sedimentos recientes", explicó Otero, según consignó un comunicado de la Universidad de Chile.

De acuerdo a lo que los investigadores vieron en terreno, es posible que la cola y parte de la pelvis se hayan erosionado, dijo Otero, que no obstante se felicitó de han podido confirmar que el cráneo se encuentra preservado.

Respecto a las características de estos especímenes chilenos, Otero describió que el fósil completo debe medir entre 6 a 7 metros, su cráneo tiene cerca de 1 metro de largo, y sus dientes, con forma de ají, entre 8 y 10 cm.

"Por el momento, no sabemos de qué género puedan tratarse, pero eso lo podremos aclarar cuando se prepare el cráneo y/o la aleta completa", apuntó.

¿CÓMO ERAN LOS PLIOSAURIOS?

Los pliosaurios fueron reptiles marinos megadepredadores que reinaron en los mares del periodo Jurásico, con una enorme cabeza, mandíbulas y dientes, y un tamaño que podía alcanzar en algunos géneros hasta 15 metros o más.

"Este animal se caracterizaba por poseer un gran cráneo con el rostro alargado, con dientes muy robustos y firmemente unidos a la mandíbula. El cuello era corto y robusto, su cuerpo era hidrodinámico y sus extremidades estaban adaptadas a modo de aletas", explicó Otero.

Por otra parte, señaló que este reptil marino se ubicó en la cúspide de la cadena alimenticia del Jurásico Superior como un "depredador de organismos grandes, posiblemente plesiosaurios, ictiosaurios y tiburones, entre otros".

BIODIVERSIDAD JURÁSICA

Los restos de estos reptiles marinos fueron detectados cerca de los sitios donde se encontraron también los fósiles que permitieron identificar el pasado agosto a los géneros de plesiosaurios Muraenosaurus y Vinialesaurus.

Otero señaló que aún existe un amplio registro fósil de fauna prehistórica por identificar en el desierto de Atacama, donde han hallado nuevos materiales de vertebrados marinos, incluyendo restos craneales de ictiosaurios, cocodrilos marinos y plesiosaurios, junto con una diversidad de peces que abarcan desde formas muy pequeñas hasta formas filtradoras gigantes.

El investigador planteó que esta diversidad de vertebrados marinos hallados en la zona sugiere la hipótesis de que en el pasado existió un corredor marino, llamado "Corredor del Caribe", que conectó la fauna marina del mar de Tetis (actual Atlántico norte) y la del antiguo océano Pacífico durante el Jurásico Medio y Superior, cuando parte del territorio chileno estaba sumergido en el mar y Suramérica aún integraba Gondwana.