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[Cultura Urbana]

Más de 300 obras llegan al concurso de Arte Joven

Jurado seleccionó 32 piezas que fueron enviadas de manera virtual y que ahora participarán de manera física.
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Redacción - La Estrella de Valparaíso

Cerca de 300 obras correspondientes a 200 artistas recibió este año el XLII Concurso Nacional de Arte Joven organizado por la Universidad de Valparaíso, de las cuales 32 quedaron seleccionadas para de entre ellas elegir a los ganadores, que serán premiados en una ceremonia que se realizará el 27 de noviembre.

La recepción de las obras se realizó de forma extraordinaria y por primera vez de manera digital, por lo que el jurado debió realizar la selección en base a la revisión de fotografías y videos. Ahora, estas 32 obras seleccionadas tienen plazo hasta el 15 de noviembre para ser enviadas de manera física.

Al respecto, Rafael Torres, director del concurso, explica que "sin duda el estallido social y la crisis sanitaria están presente en las obras seleccionadas por el jurado del concurso, demostrando como siempre lo contingente del certamen. Fue una tarea ardua de los jurados, evaluar entre tantas obras y tan diversas, pero el resultado me deja muy conforme".

Marcela Kupfer, directora del diario La Estrella y jurado del certamen indicó que "fue una tarea bastante ardua, pues llegaron muchas obras al concurso y al hacer la selección en forma remota, sin tenerlas a la vista, nos obligó a ser mucho más exhaustivos".

"La selección del concurso se realizó de forma muy proactiva y profesional, con gran compromiso de parte del jurado y organizadores y, lo que es mejor, logrando mantener la continuidad de un certamen que ya tiene más de cuatro décadas de trayectoria", agregó.

Sobre las temáticas presentadas, la jurado añadió que "está muy presente el estallido social, el feminismo, los temas ambientales, pueblos originarios, pero también hay una clara exploración hacia inspiraciones diversas, desde lo más íntimo a lo conceptual".

Distintas técnicas

Andrés Vio, artista visual, académico y jurado, explicó que "esta nueva versión ha sido especial, porque a pesar de las circunstancias se ha podido realizar de igual manera, lo cual es valioso y demuestra el compromiso de la UV con el certamen y la cultura, alentando a los artistas jóvenes, porque incluso el evento tiene un beneficio económico".

"Es valorable el ímpetu, fortaleza y resistencia del concurso. En cuanto a las temáticas, tuve la oportunidad de ver una gran cantidad de obras y me pareció bastante mezclado, con piezas de grabado, escultura y pintura, entre otros", aseguró.

Conforma el jurado también la artista Mariana Najmanovich, ganadora del certamen en 2018.

Los concursantes provienen de todo Chile, desde Arica hasta Osorno, siendo la gran mayoría de Santiago, Valparaíso, Viña del Mar. Destaca la presencia de un contingente de concursantes de la Región del Bío Bío.

El concurso entrega el Premio de Honor "Universidad de Valparaíso", de adquisición, consistente en medalla, diploma y cuatro millones de pesos. El ganador podrá realizar una exposición individual en la sala El Farol, al año siguiente.

También considera el Premio de Honor "Litoral", de adquisición, el cual consiste en diploma y tres millones de pesos, y dos distinciones especiales que entregan diploma y quinientos mil pesos, cada una. El jurado, además, distinguirá con menciones honrosas a las obras que destaquen, no obstante su técnica.

El policlínico de los libros

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por Joaquín Escobar

Lectura audiovisual

Simón Soto está escribiendo una obra maciza que se reconoce en todas sus formas. Si bien el trabajo realizado en "La pesadilla del mundo" es muy distinto al ejecutado en "Matadero Franklin", hay una cadencia de maestría que se reproduce en todo lo que escribe, dándole contundencia a un trabajo heterogéneo que abre el mundo del libro a otros lectores que nada tienen que ver con los circuitos que atraviesan el campo cultural.

"La sangre y los cuchillos" es una continuación temática de lo realizado en la exitosa "Matadero Franklin". En un ejercicio intertextual en el que se repiten escenarios y personajes, hallamos cinco historias situadas en la primera mitad del siglo XX chileno. Puntos de arranque que tienen como lugar de conexión el centro de Santiago (con sus personajes, bares, apodos e historias), pero que después se desperdigan hacia lugares tan lejanos como Iquique y Buenos Aires.

Soto sabe manejar los tiempos escriturales, ningún párrafo sobra, nada queda liberado al azar; no se busca generar artificios en torno al engordamiento innecesario de la escritura, más bien, se remite a contar una historia de manera pulcra y ordenada -quizás convencional- en donde las venganzas, los burdeles y los dedos cercenados siempre logran estremecer al lector.

Los cincos cuentos se visualizan como si fueran parte de una película o serie. Están construidos bajo la óptica de la cultura audiovisual con la que Soto trabaja, pues su condición de guionista determina estrechamente su círculo narrativo, construyendo historias que se clavan rápidamente en nuestra cabeza y que se reproducen con la cadencia de lo que no queremos que termine.

El autor no escribe desde los lugares comunes que existen sobre el matadero. Se nota que hay un trabajo de documentación valioso y contundente que no pretende repetir imaginarios culturales archiconocidos, más bien, construye la estética del libro en base a estudios previos, poniendo especial énfasis en las narraciones de bailes, peleas y comidas, que guardan una impronta particular.

Un libro entretenido que construyendo su identidad en torno a una chilenidad perdida, está tomando el espesor de una saga de la que esperamos tener noticias más temprano que tarde.

"Ningún párrafo sobra, nada queda liberado al azar; no se busca generar artificios en torno al engordamiento innecesario de la escritura".

título: "La sangre y los cuchillos"

dirección: Simón Soto

editorial: Planeta