Marina Huerta retorna al concejo porteño recargada
La DC tomará el cupo vacante dejado por Marcelo Barraza. A sus 86 años tiene energía para rato y analizó el escenario que enfrentará en su regreso.
Una mezcla de nostalgia y de alegría invade el corazón de Marina Huerta Rosales. A sus 86 años y con una trayectoria de 24 años como edil de Valparaíso, esta matrona, madre de un hijo y abuela de 2 nietos, se ha pasado varios días meditando la opción de volver al concejo municipal.
"Marcelo Barraza me llamó varios días seguidos y la verdad es que al comienzo dudé en aceptar esta oportunidad que me llega por alguna razón que desconozco, pero que aceptaré si así lo decide el TER, pues soy una mujer de compromiso. Además si no acepto este cupo lo tomaría otra persona, al parecer Omar Valdivia, quien sería candidato a concejal nuevamente y no me parece justo que compita con ventaja o desde esa tribuna", señala la porteña, quien explica que le gustan las competencias justas.
-Su vuelta al Concejo se da en un momento complicado, con líos judiciales y acusaciones millonarias.
-Es cierto, es un momento difícil para la ciudad. No tengo idea que pasará, lo que podré hacer; pero capaz que la experiencia tenga un valor real sobre todo en estos momentos en que la situación del país y de la ciudad está tan en el aire. Sin embargo, yo pienso que nadie se puede restar a buscar alternativas para el bien común. Eso es lo que de corazón me nace. Yo nunca he sido una política de polémicas y cahuines, yo soy una servidora pública y dirigenta gremial de toda la vida que ha tenido el privilegio de servir a la ciudad donde nació.
Su relación con sharp
Con su singular estilo narrativo, Marina cuenta que son dos o tres las ocasiones en que estuvo compartiendo cara a cara con el actual alcalde Jorge Sharp.
"Una vez estaba en el consultorio de Quebrada Verde porque siempre era de visitar en terreno y apareció Jorge Sharp en tiempos en que hacía campaña. La gente se agrupó alrededor de él y nos hicieron bailar. Ninguno de los dos nos movíamos mucho, pero le hacíamos empeño", relata Marina Huerta, quien además comentó que luego, al tomar el poder por 12 días, le tocó entregar el mando.
"Antes de que asumiera me dediqué a reparar el sillón alcaldicio, estaba a mal traer, especialmente hacia el lado derecho, y no es chiste. Tras arreglarlo un carpintero el día del cambio de mando le dije que el sillón estaba firme para él y en una escueta conversación le encomendé dos cosas: que se hiciera cargo del Plan Regulador y le diera un espacio a la Corporación Nacional del Cáncer (CONAC). Lamentablemente no me cumplió", se lamentó la Hija ilustre de Valparaíso,