Niños confinados: impacto e importancia de la salud mental de la primera infancia
Especialista recomienda estar atentos a síntomas como mayor apego o dificultades para realizar actividades en forma autónoma.
Victoria Moliterno Urízar - SoyValparaiso
La pandemia y el aislamiento han afectado mucho a los adultos, como también a niñas y niños quienes, debido a la crisis sanitaria, perdieron sus únicos espacios de socialización: escuelas y jardines infantiles.
Esto, además de impactar negativamente en su desarrollo integral, devela la urgente necesidad de generar espacios de interacción social donde la primera infancia pueda ser oída.
En entrevista para Soy TV y La Estrella de Valparaíso, Angélica Valdebenito, sicóloga clínica y directora ejecutiva de Casa del Encuentro de Fundación Santa Ana, afirmó que los infantes no cuentan con instancias sociales externas a las aulas donde puedan participar y que es fundamental avanzar en materia de salud mental para entenderla desde una mirada integral, que contemple la incidencia de factores sociales en ella.
"En Chile, la inversión que existe en programas preventivos y en el área de salud mental es muy baja, no alcanzamos ni la mitad de lo que se recomienda a nivel internacional", dice la especialista.
Junto a esto, Valdebenito recomienda observar los comportamientos de los más pequeños y buscar ayuda, ya sea familiar o profesional, en el caso de que síntomas como aumento del apego hacia sus figuras de cuidado y dificultad para separarse, dormir solos o realizar actividades que antes realizaban de manera autónoma, aparezcan y permanezcan en el tiempo.
Bajo esa línea, la especialista enfatiza en la urgencia de crear políticas públicas que garanticen la protección de la niñez.
"Es súper importante que podamos ver que los niños, niñas y bebés requieren un reconocimiento, no solo en el texto en términos de los distintos convenios que tiene Chile en materia de derechos, sino que también se pueda traducir en una política real que los visibilice como sujetos que están ahí, aun cuando los obviamos".
Ansiedad
El programa Casa del Encuentro atiende diariamente a decenas de niños junto a sus respectivos cuidadores para jugar, compartir inquietudes e incentivar el vínculo con sus pares. Sin embargo, la pandemia del COVID-19 ha imposibilitado que estos espacios, presentes en La Pintana y Renca, funcionen de forma presencial, dejando a los menores relegados en sus hogares con la esperanza de volver a la normalidad.
Muchas familias no solo han perdido fuentes laborales, sino también seres queridos, lo cual, sumado al aislamiento, ha desencadenado angustias o ansiedades complejas de entender y manejar sobre todo en los más pequeños.
Por ello, Casa del Encuentro ha seguido presente en el acompañamiento de niños y niñas durante esta pandemia, mediante herramientas tecnológicas como Zoom para generar instancias de encuentro y conversación tanto con los niños como con sus familias.
"Hicimos un taller de cuentos en que niños entre 4 y 8 años elaboraban sus cuentos de forma colectiva, también armamos un espacio para que los padres pudiesen conversar cómo ha sido la crianza en pandemia y eso fue muy significativo, tuvimos muy buena convocatoria (…) Antes veíamos que las redes sociales o plataformas desvinculan, pero hoy han sido una herramienta para estar conectados a otros pese al distanciamiento", expresa Valdebenito.
"Sabemos que ha sido difícil, esta pandemia nos ha expuesto a todos a un escenario en que nos sentimos vulnerables, y los equipos que trabajamos en intervenciones de salud mental también estamos expuestos a eso. Creo que ha sido difícil, ha requerido también re pensar el cómo trabajar, ya no teníamos la presencialidad ni estábamos en los territorios, también nos cuestionamos cómo acompañar en la distancia, en la experiencia de esta crisis", reflexiona Angélica en torno al trabajo que ha realizado junto a su equipo durante esta pandemia.
Finalmente, una enseñanza que podemos obtener tras casi un año desde el inicio de la pandemia, es que el aislamiento nos ha servido para darnos cuenta de lo imprescindible que es para nosotros y especialmente para la infancia, el poder compartir y socializar tanto con nuestros pares como con nuestro entorno.