Fundación lleva 17 años ayudando gente con baja visión y ceguera en Valpo
Cemipre ayuda y acompaña, de forma gratuita, a personas en situación de discapacidad visual desde el año 2004.
Alex Dixon Fajardo - La Estrella de Valparaíso
Cemipre es una fundación de carácter cristiano, sin fines de lucro, que desde el 2004 ayuda y acompaña de forma gratuita, a personas en situación de discapacidad visual (PsDV).
El centro tiene una sede en Viña del Mar y otra en Quilpué. Allí se enseña a las personas con ceguera y baja visión, a ir alcanzando, poco a poco, una vida normal. Se les acompaña y entrega herramientas diversas que les permite ir alzanzando cada vez mayor autonomía: desde vestirse hasta ir a tomar un café.
Por sobre todo, se busca que no se sientan solos, dando una atención integral. Al respecto, Lenin Pérez, terapeuta ocupacional, afirma que "no trabajamos con un ojo, o con un nervio óptico, trabajamos con una persona que tiene sentimientos y motivaciones. Por eso buscamos dar capacitación y esperanza".
Por este motivo, el centro ha realizado diversas activiades lúdicas y recreativas, como pasear en kayak y celebrar año nuevo con los usuarios.
Superación personal
John Rug, su fundador y actual director, posee un nivel de visión muy bajo, "siempre he sido ciego, desde nacimiento", explica. Eso no le impidió incursionar en los estudios de teología, convertirse en pastor y dirigir desde hace 20 años este centro que entrega ayuda gratuita a las personas con discapacidad visual de la V Región.
Esto da un sello propio al organismo, ya que su origen nace de alguien que padece lo mismo que las personas beneficiadas.
"Hace 11 años me diagnosticaron neuritis óptica bilateral, que quiere decir que no tengo vista frontal. Veo todo nublado, sólo tengo algo de visión por los costados, pero a cierta distancia" explica Nora Lillo, una de las monitoras y talleristas de Cemipre.
"Llegué hace 7 años a pedir ayuda a la fundación. Fue un enorme desafío dejar ir la vista, aceptar la pérdida luego de vivir tantos años pudiendo ver. Fue un proceso largo y doloroso, pero en el centro me fueron guiando, adquirí confianza y me revalidé como persona", cuenta la actual monitora.
En Cemipre, Nora aprendió Braille, a usar el computador y el teléfono. Pero su primer aprendizaje fue el uso del bastón, "me quitó el miedo de andar en la calle, me dio confianza", explica. Más tarde, al ver su progreso, el centro le propuso que fuera monitora, rol que cumple hasta el día de hoy.
Su mensaje para las personas en su misma situación, es que deben aceptar los desafíos, a no rendirse y que "con la pérdida de la visión no se acaba el mundo, sólo se empieza a ver de una forma diferente"
La Pandemia
John Rug afirma que la pandemia fue un golpe muy duro para ellos.
"Fue muy fuerte. La mayoría, o casi todos, han perdido la vista como adultos, y algunos de forma muy reciente. Eso significa que no dominaban nada de la tecnología, recién estaban aceptando lo que les había sucedido. Eso produjo un aislamiento muy grande", precisa.
Aún así, siguieron adelante con su trabajo, centrándose en el formato online y haciendo visitas específicas a hogares. El whatsapp ha sido una de sus mayores herramientas. Así, han logrado continuar asistiendo a 40 usuarios.