A casi un año de la implementación del teletrabajo en el país, hemos visto pasar varios puntos entorno a esta modalidad, incluida la promulgación de una ley. Si bien al implementarse de golpe durante los primeros meses del 2020, muchas empresas tuvieron dificultades para sortear las necesidades que esta modalidad acarrea. Sin embargo, luego de ya varios meses de prueba, es hora de comenzar a ponernos al día con los trabajadores.
Los empleadores, en muchos casos, han obviado modificar los contratos, albergando la esperanza de que en cualquier momento se retornaría a la asistencia presencial. Pero la realidad es otra y mientras tanto, aún los colaboradores pagan su propio internet, enfrentan problemas de conexión, usan dispositivos tecnológicos propios, a veces no aptos para el desarrollo del trabajo, junto con un mobiliario poco adecuado que puede provocar problemas de salud. Incluso hemos visto avisos de empleo en que se especifica el contar con un computador e internet como requisito del cargo, cuando sabemos que eso debe ser cubierto por la empresa.
Si bien la capacidad de inversión de muchas empresas se vio limitada estos meses y se puede entender las dificultades para la fiscalización, las compañías tienen que comenzar a afrontar la realidad de que el teletrabajo es una tendencia que llegó para quedarse y que con o sin pandemia, en condiciones óptimas, será un beneficio altamente valorado por los colaboradores.
María Jesús García-Huidobro, gerente de markting de Laborum.com