Los fans del k-pop revelan la trayectoria del género en Chile
Los clubes, compuestos en su mayoría por escolares y universitarios, tuvieron contacto directo con las productoras de conciertos para gestionar la viabilidad o publicidad de los primeros recitales en Chile.
Justine Bordachar - SoyValparaiso
En la era de la globalización, algunos jóvenes chilenos escuchan grupos musicales compuestos por integrantes coreanos, tailandeses y chinos que no solo cantan en su idioma natal, sino que también lo hacen en japonés, inglés y, a veces, hasta en español.
Por eso, las barreras no existen para los fans del k-pop, quienes hace 10 años vivían en la escena "underground" y eran constantemente confundidos con los "otakus", pero hoy reclaman su propio espacio e identidad.
Diego Vidal acaba de cumplir 30 años, es fonoaudiólogo y lleva toda una década siendo fan de diversos grupos. Su favorito es TVXQ. Esta banda comenzó su carrera con 5 miembros en 2003, pero se convirtió en un dúo en 2010. Los tres miembros que rompieron relaciones formaron JYJ, quienes hicieron historia en marzo de 2012 al convertirse en el primer grupo coreano en presentarse en Latinoamérica. Fue justamente Chile fue el país en donde se cumplió este hito.
El viñamarino estuvo en ese concierto y le es imposible no sorprenderse de cuánto han cambiado las cosas. En aquel entonces, él y otros fans de JYJ se dedicaron a reunir dinero para comprar entradas a todo aquel que tuviese un mínimo interés en el género, todo con tal de llenar el Teatro Caupolicán, recinto en donde se presentó el trío.
"Uno sentía que era responsabilidad del fan motivar a otros para que los escucharan y conocieran", cuenta.
A partir de ahí, los fanclubs (compuestos en su mayoría por escolares y universitarios) comenzaron a tener contacto directo con las productoras de conciertos para gestionar la viabilidad o publicidad de los recitales de k-pop. "Nos tuvimos que involucrar en temas fuertes, como cuánto se invertiría una productora en traer un grupo, cuántos asientos se podrían vender en pre-venta, temas que uno no está preparado para ver a esa edad", relata.
Army
Ya para 2018 el panorama había cambiado completamente. BTS, el grupo más famoso de k-pop en la actualidad, tuvo dos conciertos seguidos en el Movistar Arena y de hecho, la segunda fecha se abrió debido a la alta demanda.
Iris Barra, estudiante de Ingeniería Civil de 22 años, asistió a dicho evento y recuerda cómo las ARMY (nombre de las fans) repartían carteles, globos y hasta lienzos mientras los asistentes hacían la fila, todo de manera gratuita y con el propósito de decorar bien el anfiteatro, para deleitar y sorprender a sus ídolos.
"Hace unos años cuando iba a la universidad y me ponía polerones de BTS me quedaban mirando raro y me preguntaban si me gustaban los monos chinos", comenta Iris con un tono ligero, y se lo toma con humor.
"La gente que no estaba tan involucrada con la cultura asiática en general lo veía muy mal, por allá en 2017", agrega.
Sin embargo, las cosas han cambiado por completo. Hoy en día marcas de lujo como Dior, Chanel o Yves Saint Laurent tienen de embajadoras a estrellas de k-pop como las integrantes del grupo BLACKPINK.
Cultura
Tanto Diego como Iris comenzaron a interesarse en la música coreana ya que encontraron la música japonesa y el anime primero. Aunque son idiomas y países completamente distintos, la "cultura asiática" se vivió en Chile en forma de "combo" durante varios años.
Ambos recuerdan que los primeros eventos para "fans del k-pop" en realidad no eran espacios exclusivos para ellos, sino que debían compartir dichas instancias con los fans del anime y la cultura otaku, ya que estos pasatiempos solían tener la misma audiencia.
Hace algunos años, el k-pop era abordado como una "tribu urbana" o "moda" en los medios de comunicación. Luego, a partir de 2017, la música coreana comenzó a dejar su nicho gracias al poder de las redes sociales, la globalización y la entrada exitosa al mercado internacional de grupos como BTS y BLACKPINK.
Antes era común que un fan del anime escuchara k-pop y viceversa. Hoy, los fans de este género son una audiencia aparte, bien definida, que están a la vanguardia frente a un género y una cultura que nunca fue un "boom del momento", sino que llegó para quedarse.