Huertos urbanos: otra forma de hacer comunidad
En cerros de Viña del Mar y Valparaíso los huertos han vuelto a resurgir en los barrios.
Javiera Espinosa Pizarro - La Estrella de Valparaíso
Más de 70 familias se sumaron hace 4 años a la "Huerta Huelen" en uno de los cerros de Viña del mar en el sector del paradero 7 Achupallas.
Fue a través de la generosidad de Vanessa Muñoz, vecina del sector quien tenía una huerta y conocimientos de agricultura que decidió compartir con la comunidad.
Solicitó ayuda del área de salud del consultorio del cerro, quienes aportaron recursos económicos para levantar el espacio con el esfuerzo de los mismo vecinos.
Junto con este espacio, Muñoz comenzó a generar huertas comunitarias en jardines infantiles y colegios del cerro, con la inquietud y convicción "de una soberanía y autonomía alimentaria, contra proyectos como el TPP11". expresa.
De hecho hace más de un año que han estado recuperando un espacio que era un microbasural y con los mismo vecinos comenzaron a limpiar y ya hace 5 meses se está gestando una nueva huerta comunitaria "Achupallas".
Ambos espacios siempre permanecen abiertos a los vecinos, quienes autónomamente se dedican a regar, plantar y cuidar.
Para Muñoz estos espacios han fortalecido, "el respeto, consciencia, el aprendizaje de los microbasurales y los procesos del reciclaje y el cuidado de la tierra, además de el sentido y difusión de la alimentación saludable.
En estos espacios Muñoz genera talleres de huertos autosustentables debido a que tiene conocimientos en la producción y reproducción de semillas, generando la fertilidad del suelo.
Plantando hortalizas, hierbas medicinales, tomate, lechuga apio, ruda, menta, poleo, acelga, choclo, motivando a otras familias a realizar sus propias huertas en casas.
Cerro Esperanza
"Huerto comunitario Villa América" nació con el estallido social del 18 de octubre. Para los vecinos de Cerro Esperanza esta instancia surgió a partir de los cabildos territoriales y tenía como propósito "recuperar los espacios baldíos, que se usaban como basureros, así como también instancia de auto aprendizaje colectivo".
Logrando recuperar dos espacios importantes en el sector y además se encuentran trabajando por obtener un tercer lugar donde los vecinos pretenden "crear una especie de parque, con juegos para niñes, huerta, compostera, árboles frutales y ornamentales".
Estos dos huertos creados han sido tierra para hortalizas, acelga, espinaca, zapallo, "actualmente tenemos tomates, fisalis y albahaca" y en el segundo espacio, además de hortalizas, existen plantas ornamentales y un espiral de hierbas medicinales: manzanilla, menta, romero, hierba buena y muchas otras.
Esta huerta para los vecinos del sector ha significado participación entre vecinos, generando comunidad, que también explican les gustaría que fuera aún más. Entre los mismos pobladores del sector se comparten herramientas, agua, plantas y material orgánico, para las composteras que han construido, reuniéndose al rededor de 6 a 10 personas que siempre van rotando, compartiendo saberes y amor por las plantas, desde una lógica horizontal de trabajo.
Las verduras y plantas cosechadas en un inicio eran repartidas de manera simbólica entre los vecinos que colaboraban, pero con la llegada de la pandemia los alimentos comenzaron a ser repartidos en la olla común Violeta Parra, que lleva más de 8 meses funcionando y que a la fecha está necesitando voluntarios.
Para nutricionistas esta práctica de autocultivar y cosechar sus propios alimentos "dan una mayor seguridad alimentaría y también evitan el déficit de nutrientes, o de vitamina C, que en otros cultivos masivos, pierden parte de sus nutrientes", precisa Betzabé Herrera, nutricionista.