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Pablo Garrido: el príncipe del jazz y la cueca

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Por Yvaín Eltit


Presidente Sociedad de Folclor Chileno

Un porteño que la juventud desconoce es Pablo Garrido Vargas, músico, compositor, académico, director de orquesta, violinista e investigador. Nace el 26 de marzo de 1905, hijo del pintor Evaristo Antonio Garrido Briceño (1854-1926) y la profesora de música, Margarita Vargas Valenzuela; sus hermanos fueron Juan Santiago Garrido (1902-1994), destacado músico e investigador en México y Raúl. En su infancia Pablo estudia primero piano, pero tras un accidente ferrocarrilero pierde una pierna, lo cual lo hizo llegar al violín, su compañero eterno. Estudió en el The Mackay School (Viña del Mar). Antes de cumplir 18 años Garrido estrenó su primera obra "Tonada". Dos años pasó visitando los salones del segundo piso de Baños del Parque, establecimiento porteño donde desembarcaban marinos estadounidenses, éstos traían la última discografía, así es como reclutó a 3 violines, 3 saxofones, 1 clarinete, 2 trompetas, trombón, tuba, bajo, batería y piano para conformar su Royal Orchestra, siendo la primera banda de jazz en Chile. Esta agrupación se inspiró en las big bands (grandes bandas) norteamericanas, comenzando presentaciones en el Salón Víctor y la confitería Torres de nuestro puerto. Cautivado por este estilo musical se propuso recorrer Latinoamérica y Europa, entre 1926 y 1932, así conoció a compositores del jazz clásico como Paul Whiteman (1890-1967), Duke Ellington (1899-1974) y George Gershwin (1898-1937). En 1930 publica Jazz Window, primera pieza docta chilena para saxo alto. Formó y dirigió la Orquesta del Casino de Viña del Mar y el Trío Los Dodos, sumado a su "Recuento Integral del Jazz en Chile" (1935).

Drásticamente en la década del 40 se volcó al folclor. En 1943 publica "Biografía de la cueca", un estudio fascinante que evidencia los elementos africanos e indígenas que posee la danza nacional. Al año dirige su documental acerca de la Virgen de la Tirana. Esta nueva faceta marca su distancia de la Universidad de Chile por sus diferencias con el Decano de Artes Domingo Santa Cruz Wilson (1899-1987). Se dedica a dictar 500 conferencias exponiendo de danzas rituales en el MOMA (Museo de Arte Moderno de New York) y Universidad de Princeton. Fue entrevistado por The New York Times. En 1979 imprime un segundo estudio fundamental "Historial de la cueca".

Su vida fue digna de una novela, escritor prolífico, tuvo una columna estable todos los jueves el diario Las Últimas Noticias (1938-1939). Con el violinista Pedro D'andurain (1926-1974) tuvo una entrañable amistad, así como con los chilenos Oreste Plath (1907-1996) y Margot Loyola (1918-2015), el norteamericano Aaron Copland (1900-1990), se vinculó con el brasileño Heitor Villa-Lobos (1887-1959) y con el español Juan Ramón Jiménez (1881-1958).

Retratado en 1925 por Camilo Mori (1896-1973). Siendo presentado en la exposición del Salón Oficial de Bellas artes con el título "Pablo Garrido, músico".

Pablo falleció en el Hospital J.J. Aguirre de Santiago el 14 de septiembre de 1982.

Plástico: la pandemia que afecta al mar

Según cifras de Greenpeace más de ocho toneladas de este nocivo residuo llegan a los océanos cada año.
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La organización ecologista Greenpeace difundió imágenes de la fauna marina como ballenas, chungungos y animales submarinos que se encuentran en el norte de Chile. Esto con el objetivo de mostrar la belleza de los mares de Chile que está amenazada por lo que han llamado "la pandemia del plástico". La contaminación plástica, argumentan desde Greenpeace "es una de las problemáticas medioambientales más graves que enfrenta hoy la humanidad y su consumo exacerbado ha provocado que los ecosistemas marinos se vean cada vez más alterados y perjudicados".

El índice de especies afectadas por el plástico es alarmante. Se estima que 9 de 10 aves marinas y más de la mitad de las especies de ballenas y delfines han ingerido plástico.

Según datos de la organización ambientalista, más de 8 millones de toneladas de plásticos llegan a los océanos cada año. Además, el 80% de los residuos proviene desde tierra firme, mientras que el 20% restante tiene que ver con la actividad marítima. "La contaminación provocada por el microplástico en áreas remotas indica claramente que una forma importante de evitar que el plástico siga invadiendo el medioambiente es reducir su consumo en el origen, porque no podemos saber cuál será su destino final una vez usado. Para graficar el problema es como si cada minuto un camión repleto de plásticos se arrojase a todos los océanos del mundo", agregó la vocera de Chile sin plásticos en Greenpeace.

Greenpeace ha realizado distintas acciones para denunciar el sobreconsumo de plásticos en Chile. Hoy www.chilesinplasticos.cl ya han recolectado más de 95 mil firmas y la convocatoria es a firmar para hacer presión y buscar alternativas al uso innecesario de plásticos de un solo uso. "Necesitamos llegar a las 100 mil personas que adhieran con su firma a la petición para que seamos una masa crítica que pueda ir a los supermercados y comerciales para solicitar que ofrezcan a los consumidores nuevas materias para envolver y empaquetar los productos", señalaron en la organización.

"Somos parte de la problemática ocasionada por el consumismo, porque carecemos de la información necesaria para ser capaces de sopesar los impactos que nuestros hábitos tienen en el medioambiente. El consumo de plásticos, en los envases de alimentos, los empaques del delivery, las botellas, cubiertos, vasos; todos plásticos de "un solo y mal uso", que ocupamos pocos minutos pero que en la tierra quedan por años", Soledad Acuña, vocera del movimiento Chile sin Plásticos.

Los plásticos desechados que llegan a los vertederos o a cualquier ambiente natural, con el tiempo son degradados a partículas mucho más pequeñas, llamadas microplásticos (cualquier tipo de plástico que tenga menos de 5mm de tamaño). Son tan livianos como para moverse con los vientos hasta llegar a los mares. Su ingesta o inhalación tiene efectos nocivos en los seres vivos. Estos microplásticos acumulan toxinas que se trasladan a distintos ecosistemas, explican desde Greenpeace.

"Las cifras hablan por sí solas. El uso medio de una bolsa de plástico es de 15 minutos mientras que tarda cientos de años en degradarse y así pasa con casi todos los productos de un solo uso, como envases, botellas o bombillas. No sólo es cuestión de reutilizar y reciclar, sino de reducir su consumo y buscar alternativas", enfatiza Soledad Acuña desde Greenpeace.