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La llegada del azul al puerto

La técnica de emulsión artesanal cianotipia ha vuelto ha resurgir en la zona.
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Por Javiera Espinosa

Hace algunos años la cianotipia comenzó a instalarse en ferias, exposiciones, objetos y talleres qué se han hecho a la pregunta ¿Por qué nos llama el color el azul?

La cianotipia es un proceso fotográfico monocromo, que a través de químicos; citrato férrico amoniacal y ferrocianuro potásico y la adecuada luz ultravioleta nos dan el color azul de Prusia, en las materialidades que podamos adaptar a este proceso.

Karina Aliaga, es integrante del colectivo Migrar Photo, fotógrafa autodidacta y psicóloga. Instructora, tallerista de serigrafia y técnicas de emulsiones artesanales. Enfoca su trabajo a la educación popular y formas de enseñanza y aprendizaje no formales.

A Aliaga la capturó el ensayo y error que hay detrás de la cianotipia, que viene de un proceso químico, por tanto "la observación y paciencia es un paso fundamental, que se vuelve hasta terapéutico" comenta Aliaga. Así, desde distintas disciplinas y autoformación se ha impregnado en la enseñanza experimental de esta técnica

Aliaga viene de la fotografía de manera autodidacta, fue después de estudiar psicología que comenzó una ruta en el azul. En la escuela de fotografía Cámara Lúcida aprendió este proceso, donde comenta "me cautivó que la técnica dejara un efecto como el de la serigrafía, pero con esa fidelidad en el azul". Esto la hizo adentrarse en romper con la foto estructural que tenía en su retina.

historia

Este proceso fue descubierto en 1842 el astrónomo inglés Sir John Herschel siendo uno de los primeros aproximamientos a la fotografía. Herschel era amigo del padre de Anna Atkins, la mujer que incursionaría en esta técnica, realizando copias de plantas, helechos y algas, como si se hiciera una fotocopia en azul y blanco. Atkins logró crear y autopublicar el primer libro no ilustrado sobre botánica en aquella época. "British Algae: Cyanotype Impressions", siendo la primera persona en ilustrar un libro con imágenes fotográficas.

Para Aliaga este hecho y nombre resulta un punto de interés que comparte a lo largo de sus talleres, Atkins llamó a la técnica cianotipo; cian por su color, contraria a la tradición que le antecedía de hombres que nombraban sus creaciones en la fotografía con sus apellidos, como el daguerrotipo, otra técnica de fotografía de 1939 en manos del francés Louis Daguerre, o el talbotipo, método fotográfico creado en 1940 por el científico inglés William Fox Talbot.

Aliaga no se dedicó a la psicología como oficio formal, más bien comenzó a explorar la psicología comunitaria, llevándola a trabajar en una comunidad en Rinconada en Los Andes. Así fotografió a gente del campo y su oficio. "Esas fotos las imprimimos en papel roneo y las dejamos en las canastas de verdura del pasaje pirámide y de la feria de avenida Argentina, queríamos que la gente viera quiénes eran las personas que sacaban sus alimentos, siendo postales que la gente tomaba y se llevaba como objeto fotográfico". Este fue su primer acercamiento de intervenir algo a partir de la foto.

argentina

A partir de este interés en lo fotográfico y el azul, es que la fotógrafa emprende a estudiar este oficio a Argentina, pues destaca en que en Chile se presenta como una disciplina elitista y la escuela del país vecino presenta otras oportunidades. Así la inmersión en la cianotipia partió. En Argentina comenzó a experimentar y a darse cuenta que los implementos para lograr el azul eran mucho más accesibles, así que comenzó a partir de su propia experiencias y estudios a montar su propia técnica y sello.

La fotografía para Aliaga era algo que estaba asociado a los hombres y una técnica que tenía que tener destrezas técnicas, y son esas destrezas las que el azul vendría a resignificar y componer algo colectivo que también rompería con las estructuras experimentales que le habían enseñado a ella.

El proceso es teñir sin que penetre la luz UV directa sobre la emulsión hecha, anteriormente le habían mostrado este proceso con mesas especiales de luz UV, pero acá Aliaga varió y utilizó el mismo sol y experimentando su intensidad y tiempos de exposición, comenzó a ser de esta técnica algo más expansivo con quienes se interesaban en el azul y las posibilidades de intervenir.

Aliaga se dio cuenta que en esta técnica que es más especifica no había competitividad, quienes también la realizaban compartían sus técnicas, objetos, e intervenciones, logrando realizar en Buenos Aires el encuentro "Aquelarre azul", donde invitaban a una exposición y conversación sobre el oficio; allí se dio cuenta que en su mayoría eran las mujeres quienes compartían este interés por el azul.

En ese espacio emprende que hay una "práctica que desborda y se vuelve juego" explica, siendo una técnica plástica donde comenzó a trazar la serigrafía, bordados y errores en su propia obra.

El 2019 parte "Kallfü" una exposición que surge desde un imaginario poético tras la lectura que ofrece el autor mapuche Elicura Chihuailaf sobre el «sueño azul». El sueño azul (kallfu pewma) es la manera que tiene la comunidad mapuche, en específico los machi, para referirse a los sueños que tienen momentos antes de iniciar algún camino de sanación. Ellos comentan estos sueños al día siguiente y a través de esto pueden dirigir mejor sus siguientes pasos.

Aquel punto de inicio configuró una obra que pretende conectar "una serie de fotografías e imágenes ligadas a elementos naturales y oníricos propios de estos relatos, a través de la yuxtaposición de técnicas digitales y analógicas en fotografía, principalmente a través de la Cianotipia como proceso y el collage como técnica.

Posteriormente, la obra comenzó a formar parte de una experiencia audiovisual, en permanente dialogo con un escape sonoro que invita a un trance de ensoñación. Imagen y sonido se funden, conviven y crecen", explica el proyecto de Aliaga.

Ese mismo año, con el estallido social en el país, la fotógrafa vuelve de Argentina, pero con la llegada de la pandemia se instala nuevamente en el territorio porteño, generando instancias de talleres en la zona, que para su sorpresa los puntos de adquisición de los elementos para realizar esta técnica se habían diversificado, posibilitando el aprendizaje a quienes les llamará este color azul como un constante intercambio de enseñanzas.

Hoy sábado Aliaga convocó a través de la virtualidad "La Hora Azul" un encuentro gratuito en línea en "donde la intención es reconocernos entre fotógrafas, artistas y personas que gustan de esta técnica en distintos ámbitos con el objetivo de dar a conocer proyectos autorales, profundizar en experimentaciones con distintas opciones de formatos, soportes e intercambiar conocimiento desde un ímpetu colaborativo. Esta fecha está pensada porque coincide con el 16 de marzo, que es el día de nacimiento de Anna Atkins, que me es importante generar esas líneas de relaciones entre la técnica, ella como mujer científica y artista, y nosotras que estamos expandiéndola", reflexiona Aliaga.