SAMU: el pariente pobre de la crisis sanitaria por la pandemia
El relato de funcionarios del Servicio de Atención Médico de Urgencias de la zona es el reflejo de un personal cansado, con sueldos bajos y hasta sin uniformes para trabajar.
La negativa de trasladar un paciente COVID a las 04.00 AM entre Viña del Mar y Rancagua levantó el debate y también la curiosidad por saber la realidad de los profesionales del Servicio de Atención Médico de Urgencias (SAMU), quienes en esta pandemia han debido modificar sus horarios y sumar kilometraje para darle una opción de vida a miles de chilenos que ya coparon las Unidades de Cuidados Intensivos de la zona y buscan una cama dentro de la Red Asistencial Integrada.
Conductores, paramédicos y enfermeros de la denominada atención prehospitalaria han debido extender sus turnos por 30 o 35 horas, en la vorágine de llevar pacientes críticos a otras regiones "para que otros puedan vivir".
De eso sabe Mauricio, un funcionario del Samu Base Viña del Mar, quien no quiere revelar su nombre real por miedo a reprimendas de sus jefaturas, pero que considera oportuno revelar el día adía de su labor.
"Tenemos desde problemas tan domésticos, como no tener dónde estacionar nuestros autos y al dejarlos lejos de la base hemos sido víctimas de robos. Al comienzo de la pandemia se nos iba a buscar y dejar en ambulancia a nuestros hogares, pero ya el mes pasado había dos de las cinco ambulancias en mal estado y era un desperdicio de tiempo usar una de estas para nuestro transporte", comenta el funcionario, que hace dos años no recibe uniforme para su trabajo y debe recurrir a un cercano que confecciona indumentaria médica para no gastar su ropa personal.
Cuidados extremos
En un turno de 24 horas el personal debe contar a lo menos con dos a tres mudas, dado el extenuante trabajo físico y sanitización por el coronavirus.
"Cuando se traslada un paciente COVID en la ambulancia no va dentro de una cápsula; esa existió, pero al final se fue a Santiago y somos nosotros los que debemos ir ultra protegidos con máscara completa, celular en bolsa ziploc y delantales desechables (...) Hacer un traslado no es materia fácil, el paciente debe ir compensado y muchas veces al pasarlo de la cama UCI a la camilla de la ambulancia hay variaciones. Nuestro trayecto va monitoreado por GPS y no podemos exceder la velocidad máxima, además tras cumplir con el traslado debemos desinfectar toda la ambulancia y volver enseguida a nuestro origen", destaca Mauricio, quien reconoce que es lo que le apasiona hacer, pero en 15 años nunca pensó que le tocaría vivir una pandemia tan extensa.
Bajos sueldos
Con turnos de 24 horas, para optimizar la atención y además para sumar 3 días de descanso correlativo, un paramédico de SAMU trabaja entre 17 y 20 días al mes con un sueldo de 500 mil pesos.
El trabajo es extenuante, pero el bajo salario hace que algunos funcionarios logren turnos al interior del hospital para mejorar sus ingresos, lo que sin dudas afecta el descanso de los trabajadores. "Pero es que no hay otra fórmula para obtener más dinero. Otros hacen pitutos por fuera para complementar el sueldo", sostiene el funcionario, quien admite que la realidad es similar en todas las bases Samu de la región, con alto estrés, mucho trabajo y a veces jefaturas nuevas que no tienen el manejo de la pandemia y toma de decisiones en momentos como los ocurridos el fin de semana.
"Nosotros nunca diremos que no a un traslado pese a estar cerca de nuestra hora de término de turno. Todos lo hemos hecho. Actualmente hay dos traslados diarios interregionales, sin embargo de madrugada, con un paciente sin riesgo vital, se puede esperar. Lo del domingo fue un ejemplo, el paciente fue trasladado en la mañana", concluye el paramédico.