Emprendedores y pequeños comerciantes de manos atadas con restricciones
No todos venden productos esenciales ni cuentan con permisos únicos colectivos. Entre ellos se ayudan y algunos postulan a fondos Fosis.
Más de 4 millones de chilenos son microemprendedores en diferentes rubros. El estallido social y la pandemia aumentaron las cifras de desempleo y muchos se reconvirtieron empezando a vender diversas cosas por redes sociales, no obstante las restricciones por el nuevo peak de los contagios Covid ha hecho imposible que estos nuevos emprendedores puedan vender sus productos, más si no son denominados esenciales.
Eva Araneda, profesora de profesión, pero además líder a la agrupación Emprendedores Unidos Placilla-Peñuelas comenta que la situación está más que complicada para las pymes y pequeños comerciantes.
"Somos un grupo de 150 emprendedores de Placilla, Valparaíso y alrededores que usualmente nos poníamos en la cancha Invica a exponer nuestros productos, pero el año pasado escasamente logramos juntarnos unos días en la Expo Navidad. Ahora seguimos comunicados por un grupo de WhattsApp y la verdad es que tratamos de ayudarnos entre todos, pues algunos lo están pasando muy mal", sostiene Eva.
La docente, que comenzó vendiendo plantas dentro de la agrupación, pero el trabajo de coordinación era tal que decidió seguir solo con esa labor, aunque por estos días se dedica a hacer unas muñecas de trapo en el caso de que resulte alguna feria más adelante.
Eva manifiesta que el abanico de realidades es muy diverso y los adultos mayores sufren por la falta de medios tecnológicos para potenciar sus ventas, y ahora quienes ofrecen artesanías o productos no comestibles o de aseo, tampoco pueden desplazarse para entregar a domicilio sus emprendiemientos.
"a la mala"
Angélica es una socia de la feria Crece y Emprende. Ella vende ropa de bebé y ropa en general, Por lo tanto no tiene opción de venta por estos días.
"Yo apenas me manejo por Facebook y aunque tuviese iniciación de actividades en el SII no podría sacar permiso en esta cuarentena, ya que no ofrezco productos esenciales (...) lamentablemente para vender algo debo coordinar con el cliente y salir sin permiso para ganarme unos pesos".
Kioskero
En distinta posición, pero igual de mal, está Pedro Schulz, quien es dueño de un kiosko afuera del ex Cinzano. "Si bien yo tengo patente y permiso para trabajar, la gente no transita por acá y a veces solo gano para devolverme a casa. La gente compra en los supermercados y la mayoría de los kioskos están cerrados. Yo ahora me estoy llevando la mercadería a la casa para vender algo en el barrio. Ha costado salir adelante, pero hay gente peor que uno".