Aguas residuales afectan a Biblioteca Popular de Caleta Portales
El hecho se generaría por una obra mal realizada. Voluntarios piden respuesta de las autoridades competentes.
Francisca Palma Schiller - La Estrella de Valparaíso
Con el objetivo de cuidar y enseñar a los hijos y nietos de los pescadores de Caleta Portales y auxiliares de tierra, un grupo de voluntarios decidió crear la Biblioteca Popular Guillermo López, iniciativa educativa que ha significado un gran aporte para Valparaíso.
Sin embargo, hoy denuncian un grave hecho que los está afectando hace más de dos años: una obra mal ejecutada estaría filtrando líquidos percolados, aguas residuales, lo que genera un mal olor que llega a la biblioteca.
"Esto parte con la típicas marejadas que hay en la Caleta Portales, cuando hubo mucha destrucción de la zona. Así, en el año 2018, con la intención de tratar de resolver un poco el problema, el ministerio de Obras Públicas licitó un plan de conservación, donde crearon muros de contención para proteger la explanada en caso de la llegada de nuevas olas por las marejadas", explica Ghislaine Barría, voluntaria y bibliotecóloga.
Tal como nos cuenta la voluntaria, luego de la construcción de la obra, que sin duda tenía un buen fin, los problemas comenzaron.
"El muro construido incluye en su base tres ductos de evacuación de aguas residuales de eviscerados de pescados, ductos y desagües ubicados a un costado de la biblioteca, pero no cumplen su función porque fueron mal construidos, están mal inclinados, no tienen una pendiente o un diámetro adecuado para evacuar esas aguas, por lo que terminan a las afueras del container", asegura.
Carta
Producto de este malestar, el equipo de voluntarios decidió unirse y juntos firmaron una carta para entregársela a la Seremi de Obras Públicas de la región para que de esta manera se logre una pronta solución.
"Mandamos una carta directamente a la Seremi; se fue a deja de forma presencial y la carta incluso fue timbrada como recibida. En ese mismo momento, la secretaría dice que nos van a llamar y esa llamada nunca llegó. Hasta el momento no tenemos ninguna solución y sentimos que si esto sucediera en otra parte, ya hubiésemos recibido ayuda", analiza Ghislaine.
De esta manera, los voluntarios solo esperan una pronta solución.
"El problema mayor es que estas aguas percoladas, son un foco de infección que antes no existía y hoy limita las posibilidades de utilización de esa zona para actividades propias de la biblioteca con los niños y niñas", anuncia, entre otras palabras, la carta realizada en agosto del 2019.