Lucas Suárez Torres

El próximo domingo (16.00 horas), el Estadio Sausalito será el escenario de la versión 102 del Clásico entre Everton y Santiago Wanderers en Primera División. Ambos elencos viven presentes dispares en la temporada, por lo mismo son inevitables las comparaciones de los momentos que viven uno y otro elenco.

En el afán de intentar proyectar cómo se podría desarrollar el encuentro, conversamos con distintos hombres de fútbol que les tocó estar e la institución verde y en la vitrina oro y cielo durante su carrera.

El primero fue Jorge Garcés, quien tuvo paso en los verdes como jugador y entrenador, formando parte de uno de los momentos más recordados en Wanderers, siendo el técnico del campeonato 2001.Años después, también tuvo pasos en Everton como DT: primero en 1993 y luego entre los años 2004 y 2005. Debido a lo anterior, es voz autorizada para poder evaluar lo que significa abordar este tipo de partidos. "Para los clásicos no se mira la tabla de ubicación. Son partidos distintos y conllevan situaciones diferentes, tanto dentro como fuera de la cancha", comenzó diciendo.

"Peineta", no solo ha disputado clásicos porteños, sino que también ha vivido la tradicional rivalidad entre Osorno vs. Puerto Montt o la de Universidad de Concepción frente Fernández Vial. Por ello, a partir de su experiencia, cree que es intrascendente el momento que viven ambas escuadras, donde en términos estadísticos, ya el más complicado es el cuadro porteño. "No creo que hayan equipos que lleguen mejor o peor para estos partidos", explica.

SIVIERO y el chepo

Una línea similar es la que plantea Jorge Luis Siviero, quién fuera técnico de Wanderers en 1995, cuando fueron campeones del Ascenso y que luego ascendió con Everton en 1999. "Si bien tienen distintas realidades, en este tipo de partido, las estadísticas y cómo llegan cada uno queda al margen. Los considero partidos especiales donde muchas veces se juegan más con el corazón que con la cabeza. Ahí entran también los aspectos anímicos donde veremos quién está más fuerte".

Por su parte, Antonio Sepúlveda, exjugador caturro parte del plantel que subió a Primera en 1989 y que después jugó en el oro y cielo en varias temporadas desde 1992, cree que lo importantes es quedarse con los tres puntos, sea como sea. "Yo jugué por ambos lados y siempre he pensado que los clásicos de esta envergadura no se juegan, se ganan. Da lo mismo quién haga el gol o cómo anoten. Porque en la historia al final queda el triunfo, no importa mucho cómo jugaste", plantea.

Pero una cosa son los momentos en que llegan los elencos y otra son las herramientas con las que cuentan los equipos para afrontar este desafío. En este punto, es que el extécnico uruguayo plantea que Everton como anfitrión, deberá cambiar el libreto de lo hecho en sus últimos enfrentamientos, más aun sabiendo que los ruleteros tienen una deuda jugando de local, donde no han sabido de victorias en la temporada.

"No veo a Everton proponiendo el mismo partido que ante la Universidad de Chile, en donde le cedió el balón al rival. Lo mismo pienso de Wanderers, ya que no será lo mismo que contra O'Higgins. Para mí hoy un resultado es totalmente incierto".

Ahora bien, Siviero también da algunas luces de elementos que pueden marcar el desarrollo del encuentro. "Queda la incógnita de cómo Everton va a suplir a los jugadores que tiene de baja, como Madrid, Cuevas o Valenzuela. Veremos cómo arma al equipo Sensini. Por el lado de Wanderers, si bien ha progresado en la línea defensiva, debe conseguir ser más efectivo en el área rival", plantea el hoy comunicador radial.

Por último, Sepúlveda sostiene que, en el caso de una victoria verde, podría ser un empujón anímico importante pensando en la realidad que vive el cuadro de Valparaíso. "Para Wanderers, el mejor momento para empezar a despegar sería ganando en el Clásico. Este partido puede marcar un antes y un después si llegarán a quedarse con un triunfo, independiente de cómo juegue, debido a la confianza que te da una victoria en estas condiciones".

16.00 horas está pactado el encuentro en Sausalito.

La Estrella de Valparaíso