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[Cultura Urbana]

Muere Mario Llancaqueo dueño de librería Crisis

Junto con la lluvia y el viento llegó la noticia sobre la partida del fundador del mítico local de calle Pedro Montt. Editores y escritores lamentan su partida.
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Claudia Carvajal R.

Valparaíso ha pasado por duros momentos en lo económico y social en los últimos 30 años: cesantía, derrumbes, incendios, grandes movilizaciones y por último la pandemia. En todo este tiempo, desde 1991, específicamente, la librería Crisis, ubicada en Pedro Montt 2871 -frente al Congreso Nacional- era testigo y protagonista de lo que ocurría en la ciudad. Tras el mesón estaba Mario Llancaqueo, quien a pesar de todos los embates, resistió junto a su valiosa obra, que en el último período quedó al mando de su hija Marilén.

Dicha historia ayer quedó marcada para siempre con el fallecimiento de Mario, noticia que tiñó con un manto de tristeza a sus familiares, amigos y a todos quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo; comprarle textos e incluso pedirle consejos para iniciar una investigación.

"Tantas conversaciones que quedaron pendientes, me da mucha tristeza que partiera justo ahora en pandemia, de una manera tan fría y sin poder despedirlo como corresponde, con más cariño. En una situación diferente podríamos incluso haberlo visitado, pero no se pudo", lamentó Ernesto Guajardo, representante de la editorial RIL en Valparaíso, quien no pudo ocultar su pena.

"Él representaba una forma de hacer librería que se va desvaneciendo. Un hombre muy culto, investigador, muy preocupado de los intereses de los lectores que lo visitaban. Socializador de la cultura, un gran vinculador. Tenía una voluntad muy grande, no solo de encontrar a lectores con libros, sino que a editores con autores", destacó Guajardo.

Algo de historia

El escritor Víctor Rojas ("Valparaíso, el mito y sus leyendas") recuerda que la librería Crisis se instaló en 1991 en Valparaíso, recién llegada la democracia. "Mario Llancaqueo era ya un librero conocido entre los escritores y los grandes lectores por su librería Rucaray, que quedaba cercana a Merced, en Santiago. En Valparaíso, en su ubicación frente al Congreso, la librería se transformó en legendaria pues tenía a la vez libros usados (o discontinuados), libros nuevos y un librero que ofrecía buscar libros raros, muy escasos, y se demoraba meses pero los encontraba. Al interior había una colección de libros que solo podían mirarse pues no se vendían (primeras ediciones, libros proscritos, manuscritos) y a la vez se acogían libros de autopublicación, de editoriales pequeñas de distintos lugares".

Rojas destaca que la obra de Llancaqueo "es una inmensa contribución al panorama cultural de Valparaíso, que ahora quedará en manos de su hija Marilén Llancaqueo, quien desde hace años venía secundándolo en la administración. El público de la Crisis, donde uno podía permanecer horas sin comprar nada y sin que nadie le reprochara la tardanza, y Valparaíso en general, echará de menos a este motor secreto de nuestra cultura que era Mario Llancaqueo".

La también escritora y directora de la editorial Libros del Cardo, Gladys González, también tuvo palabras para Llancaqueo. "Hizo un ejercicio de resistencia con la librería Crisis desde el año 1991, continuadora de la labor de la Librería Siqueiros, Nueva Era y Rucaray. Es un ejemplo del amor a los libros y la libertad en Valparaíso, y muy querido por todas y todos".

Tantas historias

En un día muy triste para la literatura local, Ernesto Pfeiffer, editor general del sello Universidad de Valparaíso, aporta algunas anécdotas de Llancaqueo, que dan cuenta de su especial porfa de ser. "'Frente al Congreso hay una Crisis', dijo don Mario en un video; su librería era todo lo opuesto al poder oficial, en su local siempre había tiempo para conversar y reflexionar. Trataba a los libros con el mismo afecto que lo hacía con las personas, eso era entrañable en él. Recuerdo que siempre me preguntaba por el poeta Floridor Pérez, ambos eran muy amigos y tenían una misma ética; escucharlos dialogar era una lección de humanidad. También recuerdo haber llevado a Ernesto Cardenal a su librería, el vate nicaragüense entró, miró los estantes -con libros nuevos y usados- y se sintió en su hogar".

Pfeiffer reflexiona:" Nos deja un librero que no tenía la mirada en la caja, sino en las personas del otro lado del mesón. Además, fue un gran apoyo para las editoriales independientes y universitarias; él no seguía el canon comercial y le preocupaba más que los libros encontraran a su lector(a)".

Los funerales de Mario Llancaqueo se realizarán hoy.

Cómo llegó a ser librero

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El escritor Diego Armijo, en la revista online Platafoma Crítica, entregó algunos datos de Mario Llancaqueo: "Nació en Victoria, histórico territorio empobrecido, en una familia mapuche. Debió, para continuar estudiando, venir a Valparaíso, pues muchos lugares más no había. En esta ciudad estudió Periodismo, y aquí la raíz de todo su trabajo con los libros: dice que tenía que viajar a Santiago en búsqueda de las lecturas para sus cursos universitarios, que estando allí, con el libro en las manos, la epifanía: llevar dos o tres ejemplares más, ofrecérselos a sus compañeros, hacerse librero".