Francisca Palma Schiller - La Estrella de Valparaíso

El país está haciendo historia, pero esta vez no con lo que respecta a buenas noticias, de hecho, es una de las informaciones más preocupantes del último tiempo: Chile vivió unos de los meses más secos de los últimos 72 años.

Así lo confirmó esta semana el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno, a través de los datos entregados por la Dirección Meteorológica de Chile, cifras que ayudaron a difundir el alarmante balance hídrico nacional. Solamente para tener una idea: durante el mes de julio tuvimos 0,6 milímetros de precipitaciones, cuando lo normal son 76.

"Las noticias no son buenas, la lluvia durante el mes de julio ha sido muy poca, una situación muy similar a la del año 2019 en las distintas regiones", afirmó en la oportunidad el ministro Moreno.

De esta manera, julio se convirtió en el tercer mes más seco de la historia y la realidad nacional también se traduce a nivel regional.

"La región de Valparaíso no escapa de ello. Nosotros en los últimos años hemos tenido también años sumamente secos, sobre todo, el mes de julio: este año precipitaron 7 milímetros. Sin duda, se genera un problema meteorológico por la escasez hídrica, las precipitaciones han sido muy bajas este año, podemos tener como culpable de esto al cambio climático, pero hay también factores relacionados con la propia actividad humana que está contribuyendo, como la tala de los bosques y la disminución de áreas verdes", analizó el panorama el meteorólogo de la zona Gonzalo Espinosa.

Acciones

Ante el desalentador escenario, el experto asegura que Valparaíso viene sufriendo una baja en sus precipitaciones hace más de 10 años, por lo mismo, para él, la clave estará en las construcción de obras de infraestructura..

"A lo largo del año, llevamos solo 72,2 milímetros de agua caída, lo que en un año normal debieran ser 263 mm, por lo que tenemos un 72% de déficit. La única agua caída durante el mes de julio, fueron un par de precipitaciones muy débiles. Valparaíso lleva alrededor 10-12 años, precipitando bajo lo normal", indicó Gonzalo Espinosa.

Añadiendo además que "esto es una alarma que se nos está encendiendo".

"Aquí hay que tomar serias medidas. Los grandes problemas requieren grandes soluciones por lo tanto, hay que hacer obras necesarias para lograr traer agua a la zona centro-norte del país. A mi juicio estas obras pasan primero por embalses, segundo, si es necesario, construir un río longitudinal a lo largo de nuestro país que traiga agua desde la zona sur y también invertir en plantas desalinizadoras", detalló el meteorólogo porteño.

Finalizando con que, "otra de las contribuciones que podemos hacer las personas diariamente es consumir menos agua, por ejemplo, no dejarla corriendo mientras nos lavamos los dientes".

El buque científico Abate Molina, perteneciente a la subsecretaría de pesca y administrado por el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) cumplió 30 años al servicio de la investigación de pesca y acuicultura y poco a poco ha demostrando su deterioro por lo que las autoridades a cargo esperan el apoyo gubernamental para su reemplazo.

Luis Parot, director de IFOP explicó la necesidad de renovar el barco, cuya vida útil está sobrepasada con 30 años de uso y actualmente en reparación debido a este mismo tema, pues en tres décadas la embarcación dedicada a la investigación científica posee 260 días al año de trabajo y el desgaste es evidente.

"Todos los cruceros de investigación del programa ASIPA (Asesoría Integral en Investigación de Pesca y Acuicultura) los hace el Abate Molina, solo a veces se arriendan barcos más grandes (...) donado por el gobierno japonés, pesquero, adaptado para la investigación, el buque ya está dando señales de agotamiento estructural. A pesar de que se mantiene en buen estado y se hacen esfuerzos importantes por mantenerlo, lamentablemente está obsoleto en términos de lo que se requiere hoy para el país, con tantos kilómetros de costa".

En reparaciones

Desde el jueves pasado el buque está en el taller. "Es urgente reemplazarlo o incorporar a la flota otro que esté a la altura de lo que el país necesita. Ese proyecto estuvo aprobado el 2019, se incorporó al presupuesto de la subsecretaría de pesca, pero por temas de la pandemia se cayó y esos recursos se reasignaron. En una primera partida eran 14 millones de dólares, pero ahora hay que volver a la discusión para el presupuesto 2022 y nuevamente se incorporen esos recursos a la subsecretaría. Nosotros conseguimos fondos para este año para mejorar la habitabilidad del barco, hacerlo mejor para la vida a abordo. Por pandemia el barco ha estado hasta 45 días cerrado capeando temporales. Pero todos los sistemas del barco en algún minuto colapsaron, incluyendo los baños y hasta multas de la Inspección del Trabajo nos llevamos", se sinceró Parot, insistiendo que es hora de dar paso a un nuevo buque científico.

260 días al año el buque permanece en cruceros de investigación científica.