El pago de Chile
Me da mucha tristeza que los herederos del Soldado Desconocido profanen su memoria, pero también que los sucesores que lo van a custodiar se tapen la cara de vergüenza por haberse entregado al mundialismo. Muy triste también que el "rescate" de sus restos se haya hecho con nocturnidad y alevosía. Pienso que hubiese sido mejor para el Desconocido (un anónimo hombre del pueblo de Chile, un campesino, un obrero tal vez) haber reposado en el desierto.
No se engañen, chilenos: ¡este es el verdadero reconocimiento, amor y respeto que aquí se les tiene ahora a los mártires! Y este será el destino también de los mártires de hoy.
¡No seamos ingenuos!
Pues el egoísmo se ha instalado definitivamente aquí, los logros inmediatos y concretos, de poder, de riqueza, y que tan solo benefician a unos pocos, mientras la gran mayoría está obsesionada con el superfluo goce y la aparente felicidad que tan solo satisfacen los sentidos, vanas sombras que son únicamente flor de un día en la eternidad de las generaciones.
Ahora ya nadie piensa en el auténtico bien común y se proyecta poniendo en primera línea las más altas aspiraciones por el bienestar de su comunidad de destino. Y quien honestamente sí lo hace, es instrumentalizado en favor de otros torcidos intereses por los grupos de poder en manos de quienes hoy se encuentra nuestra nación.
Ya no hay caso. Ciertamente que este es el fin, el de Chile, el de esta comunidad que sacrificó lo más granado de su pueblo en la lucha sincera por forjar un futuro digno y elevado para su gente.
¿Dónde están los valores profundos, auténticos, que proyectan al hombre más allá de sí mismo?
¿Dónde el chileno de verdad que hace honor a sus muertos y a quienes dieron su vida creyendo que ello sería beneficioso para su común destino?
¿Qué es ser chileno hoy? ¿Es ya tan solo un adjetivo?
Sabela P. Quintela