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Trigo, levadura, y bencina: los 3 factores del alza del kilo de pan

A lo largo de los últimos meses, los precios han aumentado sostenidamente en el Gran Valparaíso, donde el precio está a punto de llegar a $2 mil el kilo. Muchos ya solicitan comprar el "pan frío".
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Matias Valenzuela - La Estrella de Valparaíso

El pan, el alimento más noble y de fácil acceso, atraviesa una sostenida alza en los precios que no ha pasado desapercibida en Valparaíso, donde cada vez sale más caro pagar por un kilo de batidos, hallullas o amasados.

Son varios los factores que se combinan para que el precio del kilo de pan se escape de las manos, siendo el principal de ellos el aumento del valor de su principal materia prima: la harina de trigo.

Recientemente, desde la Asociación Gremial de Industriales del Pan (Indupan) informaron a la opinión pública que hay una escasez mundial de trigo, la que ha afectado las plantaciones en Estados Unidos y Canadá, que es desde donde se importa la materia prima. Esto deriva en el encarecimiento de los recursos.

En la Región Metropolitana, el precio del pan llegó a los $1.700, mientras que en puntos más alejados del centro, como Calama y la región del Ñuble, el kilo está en los $2.000. ¿Qué pasa en Valparaíso?, según información de Indupan, los precios rondan entre los $1.700 y los $1.950.

Mirella Bonino, comerciante panificadora e integrante de Unipan, explica que "desde agosto-septiembre que está subiendo, con el aumento del combustible, el flete, y la materia prima, todos los meses están subiendo los molinos de la harina, muchos dueños de panaderías hemos tratado de amortiguar, teniendo menos utilidades en el kilo de pan, para no traspasar cada alza a los clientes, si no estaríamos subiendo el pan cada dos semanas".

Sobre las alzas para las panaderías del sector, Mirella destaca que el valor del combustible encarece los despachos desde los molinos. "En el Gran Valparaíso el pan también ha subido a raíz de que prácticamente toda la materia prima con la que se elabora, no solamente la harina de trigo, también las levaduras y la materia grasa, todo se ha encarecido. El tema es que nosotros trabajamos trigo de molinos que tienen todos los depósitos en la Región Metropolitana, en Paine, Buin, y para el sur, y obviamente todo lo que sea traer cosas de allá tiene un recargo de flete", dice la porteña, y agrega que tanto las materias grasas, como la levadura han aumentado sus valores.

Respecto de la decisión de los comerciantes del rubro de subir o no el precio, la representante de Unipan plantea que es una decisión completa, ya que subir 50 pesos el kilo, genera molestias en la clientela y baja en las ventas, pero al mismo tiempo, las pymes deben poder cubrir sus gastos, y mantener vivos los negocios, sobre todo ahora que tratan de recuperarse del golpe de la pandemia. "Somos independientes, cada uno sabe hasta donde aguanta. Muchas panaderías de Valparaíso y Viña arriendan el local, por eso hay diferencias de precios en algunas. Los clientes desconocen la realidad de cada una de ellas, si es local propio, si es arrendado, si tienen alta tecnología para hacer pan o usan más mano de obra. Más recursos humanos son más gastos (...) la panaderías del Gran Valparaíso son chicas, gran tecnología, no hay", explica.

En cuanto a las ventas, Mirella advierte que desde hace unos meses se disparó el interés por el pan frío, que siempre tiene un valor más bajo. "Eso es un mal indicador, porque antes muy poca gente pedía pan frío, y lo hacía más discretamente. Hoy día no, la gente llega preguntando '¿tiene pan frío?', la gente ya está empezando a ahorrar", relata.

Alternativas

La nutricionista y académica de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), María José Silva Montenegro, plantea que el consumo de pan en Chile está muy arraigado a su ADN (Según cifras oficiales, 90 kilos per capita al año). "Es un tema más cultural, que desde chicos nos han enseñado a comer pan, ya sea en el desayuno, en el almuerzo y en la hora de once. Lo ideal sería que cenáramos, pero también tenemos que adecuarnos a la cultura del consumo de pan. No hay que satanizarlo tanto, pues en porciones adecuadas no es malo el pan. Y en cuanto a los costos, se puede ir variando: comer pan a la hora de once y al desayuno variar con otro cereal que lo reemplace", dijo la nutricionista, quien precisó que la porción de pan es de 50 gramos, lo que equivale a media hallulla o medio batido o dos rebanadas de pan de molde, y ésta se adecúa diariamente según los requerimientos de cada persona. Por ejemplo, un adulto promedio puede consumir entre 2 a 4 porciones de pan al día (1 a 2 panes diarios).

La buena noticia es que hay distintas alternativas al pan, como cereales de desayuno, la maicena, la sémola o arroz (con leche). Además, están las galletas de salvado, arroz, agua o avena, las arepas o las tortillas de maíz; opciones que pueden ser acompañadas con palta, verduras, huevos, etc., lo que favorece una mayor sensación de saciedad.

"La gente llega preguntando '¿Tiene pan frío?'. La gente ya está empezando a ahorrar".

Mirella Bonino