El Presidente de la República acaba de anunciar el envío al Congreso de un proyecto de ley que crea la Pensión Garantizada Universal (PGU), que viene a ser una suerte de "regalo de Navidad" para los más de 2 millones de personas que viven en el sector pasivo y donde muchos sobreviven en condiciones paupérrimas, o de "extrema vulnerabilidad" como los políticos acostumbran decir en estos días.
Esta PGU pasará a reemplazar a la Pensión Básica Solidaria ($176.000) que ahora llegará a los $ 185 mil. También la Pensión Solidaria de Invalidez se verá beneficiada, quedando en los mismos $ 185 mil.
Aunque parezca increíble, la oposición ya anticipa su disposición contraria alegando (según Giorgio Jackson) "intervencionismo electoral", dando por hecho que, si se aprueba esta ley, la mayoría votará por Kast. ¿Habrá algo más absurdo?
El Congreso debería tomar esta ley con la misma urgencia y solidaridad como si fuera a favorecer a un partido o a un parlamentario. Por otra parte, hay tiempo suficiente para que ambas cámaras la consideren y aprueben (quedan cinco semanas legislativas), especialmente porque se trata de una ley de urgencia social.
Si la cámara "hace su trabajo", el lunes 20, o martes 21 del presente este proyecto de ley debería estar pasando al Senado, que tendría todo enero para aprobarla y enviarla al Ejecutivo para su promulgación. No caben excusas.
Es una ocasión "imperdible" para que el Congreso "mejore" su rating.
Raúl Santíz Téllez
Presidente
Asoc. de Periodistas Mayores de Chile