El hombre de los 23 oficios: Fernando Gárate
El porteño de 77 años es el uno de los últimos paragüeros de la región. Sin embargo, también es cerrajero y repara desde lámparas hasta televisores.
Gian Franco Giovines - La Estrella de Valparaíso
En general, son pocos los que pueden decir que llevan más de 50 años realizando algún oficio. Sin embargo, Fernando Gárate es una de aquellas personas.
Desde los años sesenta, el porteño de 77 años se desempeña como uno de los más experimentados paragüeros y cerrajeros en la región. Sin embargo, Fernando es un hombre multifuncional. El padre de dos hijas, trabaja con todo tipo de metales e, incluso, arregla licuadoras y televisores.
"Yo aquí junto 23 oficios más o menos, entre las llaves, la electricidad, soldaduras de plata, limpieza de bronces, reparación de paraguas, quitasoles, artefactos eléctricos y cualquier cosita de metalurgia pequeña", cuenta .
Actualmente, la "Paragüería Colón" se encuentra ubicada en calle Von Schroeder 213, en Viña del Mar. Sin embargo, sus raíces están asentadas en Valparaíso, cuando su padre fundó la paragüería en Valparaíso, hace más de 100 años. "Con mi papá empezó todo el año 1921, en Colón. Después nos trasladamos acá a Viña y yo me vine detrás", narra el porteño, que comenzó a trabajar a sus 13 años.
Un trabajo único
Además de los 64 años de experiencia en el oficio, uno de los aspectos que también destacan del paragüero Fernando Gárate, es su increíble capacidad para darle una segunda vida a distintos tipos de objetos. Llaves, candelabros y lámparas llegan a diario al local de Von Schroeder.
Asimismo, según cuenta, en la Armada logró adquirir conocimientos sobre electrónica y electricidad, lo que también le permite arreglar todo tipo de electrodomésticos: hervidores, tostadoras, radios y hasta televisores.
Sin embargo, más allá del rédito económico que le permite llevar el sustento a su hogar, la pasión que siente Fernando por su trabajo es la que lo mueve día a día a abrir su local.
"En este local no hay momentos para aburrirse. No tengo rutina, siempre hay alguna cosa diferente que hacer. Si me dedicara sólo a hacer llaves, yo creo que me aburriría", relata.
Mientras conversamos, un cliente ingresa al local. Un termo y un hervidor son los dos 'regalitos' que le trae Patricio Madrid a Fernando. El encargo corresponde a su madre, que hace 40 años es clienta del paragüero.
"Cada vez que vengo a ver a mi madre le traigo cosas. Hoy en día todo es desechable, pero acá el hombre se dedica a reutilizar cosas y lo hace muy bien. Fernando es una persona única, de las que ya no quedan. Esto ya no tiene herencia", comenta Patricio.
Sin embargo, el paragüero de 77 años, asegura que ya está en la recta final de su oficio: "Me proyecto un par de años, pero no más que eso. La mente sigue creciendo, pero poco a poco el cuerpo me va abandonando", finaliza.
"Fernando es una persona única, de las que ya no quedan. Se dedica a esto y lo hace muy bien. Esto ya no tiene herencia"
Patricio Madrid, cliente.