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Valparaíso le dice adiós a su último escobero

La Ciudad Puerto ayer se enteró del fallecimiento de Celso San Martín, quien se dedicó más de 44 años a este tradicional oficio.
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Francisca Palma Schiller - La Estrella de Valparaíso

La muerte vuelve a enlutar a Valparaíso y esta vez el fallecimiento caló hondo en muchos porteños, especialmente entre aquellos que aún valoran los tradicionales oficios y que barren los pisos de su hogar con la clásica escoba: aquella hecha de madera y curagüilla; completamente natural.

Esto porque el día de ayer la Ciudad se enteró del sensible deceso de Celso San Martín, el último escobillero, leyenda viva y fiel representante de la tradición tras trabajar por más de 44 años en el rubro, oficio que le enseñó su padre y que nunca quiso abandonar, pese a que un mundo cada vez más comercial y desechable lo presionara a hacer lo contrario.

Fue en septiembre del año pasado, ad portas de una nueva celebración del 18 de septiembre, que La Estrella de Valparaíso tuvo el placer de visitar su hogar y ver con sus propios ojos el oficio al que le dedicó su vida. Los gritos alusivos a la venta de la escoba, un taller artesanal y el apoyo de toda una familia, se dejó sentir en el cerro Jiménez.

En la oportunidad, fue el propio Don Celso quien nos reveló qué significaba para él su trabajo y cómo sobrevivió, día a día, pese a las amenazas del sistema.

"Llevo 44 años haciendo escobas como artesano y, por otro lado, vendiéndolas. Ese es mi trabajo de ahora, es algo que me apasiona. Empezamos trabajando una familia completa en la escoba, con mi papá y hermanos, pero desgraciadamente se fueron quedando en el camino y para que no se perdiera la tradición yo seguí solo, llevo 25 años trabajando solo… hasta cuando Dios quiera", nos contó en la ocasión, visiblemente emocionado.

Su pasión se presentía a lo lejos, por lo mismo, no fue casualidad que fuese inspirador de poemas y cuecas de la Quinta de Los Núñez. Parte del reconocimiento que tuvo a lo largo de su trayectoria y que hoy, con el paso del tiempo, se espera que logre convertirse en un trozo de la historia porteña, luego del adiós.

El puerto lo llora

"Con profundo dolor, informamos el sensible fallecimiento de nuestro amado Padre, Abuelo, Esposo, Tío, Amigo, último Pregón Porteño vendedor de escobas, Patrimonio Humano de Valparaíso. Sus restos están siendo velados en la sede del Club deportivo Jiménez Unidos de cerro Jiménez. Desde ya como familia agradecemos las muestras de cariño a nuestro viejito hermoso. Muchas gracias por su apoyo en estos más de 45 años recorriendo las calles de su Puerto. Que en paz descanse, ¡esssscooobaaaa!!". Estas fueron las palabras compartidas por su familia a través de redes sociales, específicamente en el Facebook "Escobas Artesanales San Martín", espacio donde Don Celso compartía su oficio y vendía a sus fieles clientes.

Y tan solo estas palabras bastaron, para que gran parte de los porteños lamentara su partida.

"Y se van los viejos artesanos, aquellos que a capela aportaron su ingenio a tan oficio artesano. Quedará para la historia. Nuestro más sentido pesar por su partida. Que su último viaje sea en paz y le dé tranquilidad a su familia", "mi gran sentido pésame para sus hijo y su esposa y toda su familia, una gran persona y antigua del cerro y un gran amigo de mi padre que se juntarán en el cielo, ya que son amigos cuando vivíamos en la calle Lorena, muchos recuerdos con él cuándo me enseñó a coser escobas que son las mejores", "descansa en paz tío Celso, sus escobas tienen su esencia. La última que tengo no se ocupará, será una ofrenda a su memoria y tendrá un lugar preferencial en mi casa", fueron algunos de los comentarios que dejaron en las redes sociales.

Sentimientos que también nos compartió uno de sus hijos, quien se disculpó por no tener ánimo para conversar con los medios de comunicación, pero que con el pasar de los días, decidirán hacerlo para homenajear a su padre, el último escobillero.

Joven que demandó a empresa llegó a acuerdo

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La joven de Valparaíso que demandó a la marca deportiva Adidas por vulneración de derechos laborales, logró un acuerdo medianamente satisfactorio, tras alcanzar un acuerdo con la empresa.

En una edición anterior de La Estrella de Valparaíso se informó del caso de Ninoska Precht, una joven porteña que recurrió al juzgado del trabajo para exigir respuesta por su despido y un presunto hostigamiento laboral, que denuncia haber vivido cuando trabajaba en la tienda de ropa deportiva Adidas de Curauma entre los años 2018 y 2019.

Ninoska Pretch solicitó en esa línea una indemnización de $9 millones por los perjuicios sufridos. En específico, la denuncia fue presentada por la joven en 2020, esto porque luego de trabajar por años en la tienda, comenzó a tener problemas por una modificación en su horario de trabajo que le impedía ir a buscar a su hijo a la sala cuna. Por ello, reclamó a la Inspección del Trabajo, volviendo así a su horario original. Posteriormente, denuncia haber sido víctima de malos tratos a modo de represalia y que incrementaron las presiones para cambiarle el horario, por lo que acudió nuevamente a la inspección. Finalmente, fue despedida en el 2019, dos semanas antes de la fecha en que la empresa paga un cuantioso bono a los trabajadores.

Previa a la audiencia sostenida el miércoles pasado, desde la defensa de la joven señalaron a este medio que recibieron una oferta para resolver la disputa, pero que la consideraron insuficiente. Resulta que desde la empresa de ropa deportiva presentaron una nueva propuesta de indemnización, que aunque no era acorde a lo que pedía la extrabajadora, superaba ampliamente al primer ofrecimiento, por lo cual Ninoska aceptó esta proposición, y el proceso legal quedó zanjado.

En conversación con este medio, el abogado de la joven, Rodolfo Precht, dijo que de no aceptar la oferta, el juicio podría extenderse hasta un año más.