Ellas son las primeras porteñas en dar el "sí" igualitario
Militza y Tania fueron el viernes a firmar el Acuerdo de Unión Civil (AUC) al Registro Civil de Valparaíso, funcionaria les ofreció hacer en ese mismo momento el trámite para el matrimonio. Ahora están legalmente casadas.
Hace casi cinco años que Militza Salinas y Tania Angulo se conocieron en Santiago. Dicen que el chispazo fue inmediato y que después de algunas citas en la capital y en el puerto, finalmente decidieron vivir juntas. Hoy son la primera pareja en contraer Matrimonio Igualitario en el Registro Civil de Valparaíso, ceremonia que se realizó el pasado viernes 1 de abril.
Militza es porteña, tiene 42 años y trabaja en la biblioteca del Congreso Nacional. Tania tiene 34, dos hijos (de 14 y 16 años) y hace 5 años y 4 meses llegó desde Colombia buscando mejores perspectivas laborales.
Recién casadas
En octubre del año pasado la pareja pidió hora en el Registro Civil para firmar el Acuerdo de Unión Civil (AUC). "En ese tiempo no salía todavía la ley del Matrimonio Igualitario. Y el viernes cuando llegamos, nos hicieron pasar a las dos, sin los testigos. La oficial nos explicó el proceso y nos dijo que para el AUC no eran necesarios los testigos y nosotras les habíamos pedido a un amigo y mi hermana que nos acompañaran. Por suerte la funcionaria se acordó que Tania le había ido a preguntar si podíamos cambiar la hora a Matrimonio Igualitario, pero esa vez le explicó que los sistemas aún no estaban habilitados, pero el viernes lo intentó y pudo".
La oficial comenzó a hacer el trámite, ingresó los datos en el sistema y le dijo que se podían casar. "Nosotros nos pusimos a llorar, fue súper inesperado. Entonces continuó con el proceso y en un punto no pudo seguir porque el sistema no se lo permitía. Pero muy comprometida nos dijo que lo haría a mano, como se hacía antes. Nos explicó que seríamos las primeras en casarnos en el Registro Civil de Valparaíso, que era un día histórico. Otras parejas habían ido antes por lo mismo y los funcionarios les decían que no, que no se podía hacer el cambio, pero por pura mala voluntad".
Las ahora recién casadas debieron esperar un rato antes de dar el sí esa mañana de viernes. "Pasaron otras parejas heterosexuales y ahí nos dimos cuenta que las cosas todavía no son iguales para todos. Pero gracias a la oficial lo logramos", cuenta Militza.
Ya con la libreta de familia en mano, los acompañantes, la funcionaria que los casó, hasta la fotógrafa que contrataron les dijeron que tenían que hacer pública su unión, para que todos sepan que ya se puede.
Al respecto, Militza comentó que "al principio yo no estaba muy convencida, porque siempre hay personas mala onda, pero me pareció que era importante hacerlo. A mí me hubiera gustado ver una pareja así cuando yo era joven y me estaba definiendo, me habría sentido respaldada y no tan sola como fue".
Tania agrega: "Chao con los comentarios negativos, había que mostrar que se puede hacer, para que todos sepan. En una publicación que se hizo en Instagram una chica le dijo a otra 'podríamos haber sido nosotras dos'. Es una oportunidad y hay que celebrarla.
En la tarde se realizó la fiesta en un local del cerro Alegre. Partió con una nueva ceremonia, inspirada en la cosmovisión de los pueblos originarios andinos. Estuvieron acompañadas de amigos, compañeros de trabajo y familiares. De Colombia solo pudo venir un primo, así que los hijos de Tania transmitieron por videollamada todos los detalles.
"Fue super lindo, muy espiritual, todos los invitados estaban conmovidos. Se generó un ambiente súper rico", contó Militza.
Una familia
En marzo del 2022 se unieron a la pareja los dos hijos de Tania, ahora viven todos juntos en Curauma. "Ellos se tomaron súper bien nuestra relación, nos dijeron palabras súper lindas por nuestro matrimonio. Les había dicho hace tiempo que soy lesbiana y cuando les presenté a la Mili lo volvimos a hablar. Son muy lindos, cuando les expliqué me dijeron 'si tú eres feliz, nosotros también lo vamos a ser'", relató Tania, quien actualmente está dedicada por completo a sus niños, quienes se incorporaron a un liceo en Valparaíso. "Han sido muchos cambios para ellos en poco tiempo entonces tengo que apoyarlos, para que se adapten", agregó.