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Pandemia y guerra en Ucrania tienen el precio del aceite por las nubes

El costo del litro aumentó de $1.700 a $3.500, un gran golpe para los consumidores. Sufren los dueños de locales de comida rápida.
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Francisca Palma Schiller

Si hay un precio que se ha disparado en las últimas semanas ha sido el del aceite: el precio del litro, ya sea vegetal o de maravilla, superó los tres mil pesos en nuestro país.

Desde 2020 a la fecha, el valor pasó de los $1.700 a más de $3.500 en algunas zonas. Por ejemplo, en el supermercado Líder, uno de los más concurridos por los chilenos, su producto más económico es el de la marca Belmont con un costo de $2.990, seguido por el aceite de su propia cadena con un precio de $3.290, luego viene Natura a $3.550 y por último, el Chef a $3.590.

¿Cuáles son las razones de su alto valor? Para la economista y académica de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago, Marcela Vera, la situación se debe a múltiples factores: desde el conflicto internacional entre Rusia y Ucrania, como también la pandemia.

"La coyuntura del conflicto militar entre Rusia y Ucrania ha elevado, por cierto, el precio del producto porque, en efecto, en esa zona se produce de forma intensiva el aceite de girasol", explica. Sin embargo, agrega otras razones previas, relacionadas fundamentalmente con la crisis que generó el COVID-19.

"La mano de obra producto de los contagios disminuyó y el cierre de las fronteras ha generado una dificultad para la movilización", afirma la especialista. Es decir, una merma en la producción, lo que también habría generado una disminución de la oferta de aceite, provocando el alza actual, señala la experta.

La economista apunta, además, a razones como la crisis hídrica y el mayor costo de insumos, como combustibles y fertilizantes. "Se genera un círculo vicioso en el precio de los commodities y eso impacta en otros sectores", asegura. "Cada vez que se produce un alza en el precio del petróleo, se tienden a encarecer distintos bienes que requieren de una adecuada distribución", agrega.

Impacto en otros productos

Y es que no solo su precio es lo que ha generado impacto en el bolsillo de los chilenos. El académico del Departamento de Gestión Agraria de la Usach, Luis Sáez, descarta una baja del aceite en el corto plazo y advierte que su precio puede impactar en otros productos, debido a que ciertas comidas se cocinan con él.

Por eso, el ingeniero agrónomo considera más recomendable comenzar a cambiar los hábitos de consumo, haciendo hincapié en los llamados "bienes sustitutos". Es decir, aquellos que pueden cumplir la misma función que el aceite y sustituirlo.

"Por ejemplo, en ensaladas, se puede sustituir por vinagre, aceto balsámico o limón. En el caso de freír un huevo, se puede hacer con agua con sal, para freír pescado -ahora que viene Semana Santa-, se puede reemplazar por limón", recomienda el agrónomo.

Comercio local

Quienes han sufrido las consecuencias de su incremento, han sido sin duda los locales comerciales, específicamente aquellos que sirven comida rápida, es decir, que ofrecen dentro de sus menús un plato tan codiciado como lo son las clásicas papas fritas.

Un ejemplo de aquello es el conocido restaurante de Valparaíso, el J Cruz, conocido por sus apetecidas chorrillanas, preparación que requiere como producto clave al aceite.

"Todo me ha afectado: ha subido la carne, porque yo compro posta, se disparó el aceite y el aceite es lo primordial para nosotros. Esta situación es algo que se viene arrastrando hace tiempo, donde los precios están subiendo periódicamente. Tú cierras los ojos y todo sube", nos cuenta Sonia Guzmán, administradora del local.

Quien nos detalla: "Yo antes compraba 20 cajas de aceite, donde vienen 20 litros por caja, y eso me salía 600 mil pesos. Actualmente lo mismo me cuesta $800 mil, por lo que son 200 mil pesos más, una cifra importantísima para nosotros. Es complicado, porque el aceite es un temazo para nosotros, tenemos que estar cambiándolo esporádicamente".

Añadiendo finalmente que, "no puedo subir la chorrillana, porque el verano fue horrible, Valparaíso es un pueblo fantasma, los fines de semana no anda nadie y si subo su precio, ¿quién va a venir?".