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Autos eléctricos en Chile: así funcionan y así debemos mejorar el ecosistema

En marzo de 2022 los vehículos cero y bajas emisiones rompieron récord de ventas con un crecimiento del 218% más que el año pasado. La variación entusiasma, pero aún así falta mucho por hacer, como aumentar los puntos de carga y contemplar mayores beneficios. La Estrella probó un auto cien por ciento eléctrico y apuntó las diferencias.
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Juan Riquelme Díaz - Marcela Küpfer Collao

Se estima que en el mundo hay algo así como 5 millones de autos eléctricos o de baja emisión. La cifra es ínfima si la comparamos con los vehículos a bencina o petróleo (unos 1.400 millones), pero el planeta ya parece haber puesto el acelerador para priorizar los vehículos que afectan menos al medioambiente. De hecho, la Unión Europea fijó el 2035 como el año en que se dejarán de vender autos bencineros o petroleros en su territorio; Reino Unido lo hará el 2030.

En Chile las señales no van en sentido contrario. En marzo, según un informe de la Asociación Nacional Automotriz de Chile A.G. (ANAC), se vendieron 528 unidades de baja o cero emisiones, un récord en lo que va del año y un 218%, más que el mismo mes de 2021. Eso sí, el primer trimestre solo se han vendido 1.234 unidades.

La piedra de tope para que el despegue no sea más intenso pasa por tres elementos: el alto valor de los autos, la falta de estaciones de carga y el poco beneficio fiscal para quienes optan por una energía limpia.

Durante un día, La Estrella se subió y manejó el Nissan Leaf, uno de los vehículos puramente eléctricos que actualmente se encuentran en el mercado por poco más de $30 millones. El costo lo sitúa como un vehículo "premium" y con ello eleva el valor, por ejemplo, del permiso de circulación (otros países han entregado rebajas que permiten impulsar a los compradores a elegir energías más limpias).

Nissan no es la única marca que ofrece este tipo de vehículos en el mercado, pero sí una de las que desde hace varios años (2017) viene impulsando -a través de mesas públicas y privadas- un ecosistema más robusto para los conductores de eléctricos de nuestro país.

La conducción

Pese a su alto costo, el Nissan Leaf 100% eléctrico no es un auto de lujo pero sí uno con prestaciones atractivas para el conductor. Por ejemplo, pantallas y cámaras exteriores que asisten la conducción y el estacionamiento, velocidad crucero, sensores que evitan que uno se salga de su carril y un sistema de aceleración que permite programar la velocidad en carretera y avanzar sin pisar el acelerador.

La conducción de un vehículo 100% eléctrico no difiere mucho de un automático de combustión interna, salvo que es en general más suave y silenciosa (no hay ruido de motor), lo que hace que más de alguna vez nos preguntemos si el auto está o no encendido.

Las particularidades en la conducción del auto eléctrico se relacionan directamente con lograr la mayor eficiencia posible y, por lo tanto, el mayor rendimiento y duración de la carga eléctrica.

El modelo Nissan Leaf dispone, por ejemplo, de un sistema llamado "e-pedal", que en términos simples nos hace manejar frenando. ¿Cómo así? En esa modalidad, el auto se mantiene acelerando constantemente y solo lo controlamos accionando el freno. ¿Para qué? Como el sistema de baterías se recarga al momento de frenar, resulta una modalidad muy conveniente para andar, por ejemplo, en ciudad, en medio de los tacos, pues las frenadas constantes nos ayudarán a mantener la carga.

El auto eléctrico no tiene algunas de las cosas características de un vehículo de combustión interna, como un radiador (nunca hay que echarle agua) o un depósito de aceite (olvídese de la varilla para medir el lubricante). Tampoco deberá preocuparse de que se le corte la correa del distribuidor. El auto tiene pastillas de frenos, pero estas duran más que en un vehículo convencional, porque la primera mitad del frenado la realiza el propio motor eléctrico, que actúa como cargador o retenedor.

De lo único que debe ocuparse el dueño y conductor de un auto eléctrico es de la carga de la batería. El Nissan Leaf tiene una autonomía de 389 kilómetros en ciclo urbano y de 270 kilómetros en ciclo combinado, con una carga completa. Pero, a diferencia de lo que ocurre con el motor bencinero, donde usted puede determinar un rendimiento promedio (tantos kilómetros por litro), en el auto eléctrico varios factores harán variar la autonomía.

Por ejemplo, si la aceleración es profunda, gastará más energía; también en las subidas y cuando se encuentre ante temperaturas o alturas extremas. Si enciende la calefacción (como no hay motor para aprovechar el calor del auto), gastará también más energía. Por otro lado, si su aceleración es moderada y frena constantemente, podrá reintegrar algo de energía al motor.

"plan de vuelo"

¿Qué significa todo esto? Que no es llegar y salir a conducir el auto: hay que tener "un plan de vuelo" que nos permita estimar con cierta precisión la autonomía, así como los puntos de recarga disponibles en nuestro trayecto.

En la zona central existen algunos puntos de carga rápida, que permiten energizar el vehículo en una hora aproximadamente. La mayoría son puntos de carga media (seis horas para lograr una carga total) y si usted desea cargarlo en su casa, tardará entre diez y doce horas.

Es decir, para desplazarse debe planificar, porque la energía para su vehículo no estará disponible de la misma forma que la gasolina en una bencinera.

¿Puede cualquier persona cambiarse de un vehículo de combustión interna a uno eléctrico? En principio sí, si es que está dispuesto invertir en el alto costo de los autos; pero, más allá del dinero, manejar un auto eléctrico requiere de un cambio de estilo de vida y de un compromiso profundo con el cuidado del medio ambiente, que no conviertan esta primera experiencia en algo frustrante.

De la misma forma que hoy aprendimos a reciclar nuestras botellas y plásticos, cambiando nuestras prácticas de consumo y disposición de desechos, asimismo debemos realizar un cambio consciente en nuestra forma de desplazarnos y utilizar la energía, para poder lograr un cambio verdadero.

Electrolineras

Francisco Medina, gerente de vehículos eléctricos de Nissan Chile, es consciente de que la falta de puntos de cargas, especialmente rápidas, es uno de los problemas que enfrentan los conductores actualmente.

De hecho, cuenta con orgullo que están prontos a habilitar puntos de carga en todas las concesionarias en donde Nissan está presente. En Viña del Mar, por ejemplo, en Kovacs de calle Quillota 315.

Actualmente en la región es posible encontrar estos puntos en algunas Copec, Shell, el Mall Marina Arauco, escuelas de conductores y en los exteriores de algunas oficinas de Chilquinta.

Y si bien existen aplicaciones que muestran incluso si están ocupados algunos de los 593 puntos de cargadores, la mayoría están en espacios cerrados, lo que dificulta que estén disponibles las 24 horas.

Aunque, siendo claros, el ecosistema funciona con la lógica de que el vehículo se carga por completo en la casa. Compañías como Nissan instalan en la casa de sus clientes un punto de carga certificado (wall box) con la compra del vehículo. Así, tal como los celulares, usted solo cargará en la noche y, si es necesario, durante el día en alguna electrolinera. El costo de la energía es aproximadamente cinco veces menos que en un auto bencinero.

De todas formas, el problema de la falta de puntos de carga excede nuestras fronteras. Según el último informe de Bloomberg New Energy Finance (BNEF), la implementación de la infraestructura de recarga en el mundo no es capaz de seguir el ritmo de crecimiento de las ventas de vehículos eléctricos.

La proporción de vehículos eléctricos/puntos de carga aumentó de 7,4 a finales de 2020 a 9,2 a finales de 2021 a nivel global, según el estudio, lo que indica que existe cada vez mayor cantidad de vehículos enchufables para una menor cantidad de conectores o puntos de carga.

El costo

En un mundo en donde el compromiso es bajar la contaminación, no es extraño que 9 de cada 10 chilenos esté dispuesto a comprar un auto eléctrico. El problema está en el costo.

El valor se eleva por las baterías, que suelen ser el 60% del precio total del vehículo. La baterías están garantizadas por 8 años, cuando empezarán paulatinamente a perder su capacidad de carga (como pasa con la batería de un celular). Entonces deberá cambiarlas (el Leaf, por ejemplo, dispone de 24 baterías por vehículo), lo que tampoco resulta barato.

Pero, antes de ello, la mantención del auto en términos mecánicos es mínima y se estima que cuesta un 90% menos que en los vehículos convencionales. Eso, sumado al valor del combustible hace que en el año se pueda ahorrar unos 3 millones de pesos en promedio.

tipos de eléctricos

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Actualmente existen cuatro tipos de vehículos con cero o bajas emisiones. La ANAC los define así: -HEV (Vehículo Híbrido Convencional): combina dos fuentes de potencia, con un motor principal a combustión y una batería y motor eléctrico que sirven de apoyo. -EV (Vehículo Eléctrico): solo funcionan con baterías y se recargan conectándolos a la red eléctrica. -PHEV (Vehículo Híbrido Enchufable): combina un motor de combustión con un motor eléctrico y baterías de mayor capacidad, que se recargan enchufando el vehículo a la red. -MHEV (Vehículo Microhíbrido): microhíbrido o de hibridación ligera que combina el motor a combustión con un pequeño motor eléctrico, que asiste a la conducción en momentos puntuales y sirve también como motor de arranque.