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Constanza Hube: "La propuesta de no es una Constitución, es un programa de gobierno"

"La verdad es que el producto fue malo": con estas palabras la abogada y militante de la UDI hace un llamado a rechazar la propuesta en el plebiscito y a "no hacerle creer a las personas que se tienen que conformar con poco".
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Aprobar o rechazar. No es la primera vez que el país está ante la dicotomía: en el plebiscito de 2020, las opciones fueron las mismas. Sin embargo, para la exconvencional UDI por el distrito 11, Constanza Hube, el escenario actual dista mucho del anterior. "La gente se dio cuenta y es la razón por la que tenemos esos números en las encuestas", dice, aludiendo a los porcentajes que, de momento, favorecen a la opción que representa.

"La Constitución de la Convención no es una Constitución, es un programa de gobierno", critica la abogada, quien cuenta con un Magíster en Derecho Público con mención Derecho Constitucional en la Pontificia Universidad Católica de Chile y desde el 2003 es profesora de la asignatura en la misma universidad.

El origen del problema

Para Hube, el problema de la propuesta estriba en la naturaleza de la Convención misma: "Desde mi punto de vista, el procedimiento condicionó el resultado, es decir, el mal desempeño de los convencionales constituyentes, de las tías Pikachu, de Rojas Vade, del dinosaurio azul, del que vota en la ducha, del que toca guitarra, de los constituyentes que no le dieron un minuto de silencio a un agricultor quemado vivo en Carahue".

Respecto a este último punto, la abogada profundiza: "Ocho de nueve miembros de la mesa directiva de la Convención se opusieron al minuto de silencio", lo que a su juicio es una muestra de un proceso que califica como "muy mal llevado; no con contraste de izquierda o de derecha, sino que con un contraste entre demócratas y no demócratas; de falta de humanidad que tiene que ver con identificar a tu adversario como un legítimo contradictor y no como un enemigo", acusa.

La exconvencional reconoce que si bien apoyó el denominado Acuerdo por la Paz, varias de las medidas tomadas en el camino no la satisfacen: "La verdad es que el producto fue malo", sentencia. Esto porque, a su juicio, "no son muchas las cosas que puedo rescatar".

No obstante, destaca al menos uno de los puntos de la propuesta: "El empoderamiento de los ciudadanos: todo aquello que fortalezca a la gente frente al Estado me parece razonable y positivo".

La representación de la Convención fue también problemática para la abogada, quien reconoce que si bien está de acuerdo con la paridad de entrada, "en el sentido de que se equiparen, por ejemplo, las candidaturas de hombres y mujeres", se declara absolutamente contraria a las "correcciones que se hacen a la salida, una vez que ya las personas votaron. Pues lo que ocurre ahí, es que se mete mano la urna. Hay dos grandes conquistas de las democracias modernas: el sufragio universal y la igualdad del voto, todos los votos valen lo mismo".

En términos prácticos acusa que este mecanismo terminó incluso perjudicando al género femenino, "quedaron fuera más mujeres que hombres. Algunos con diferencias brutales".

Siguiendo con la reflexión se refiere también a los escaños reservados: "No puede ser que una constituyente -con escaño para pueblos originarios- resultara electa con 61 votos versus Marcela Cubillos, que sacó 84.000, siendo la mujer más votada".

La polémica

En Twitter, se viralizó un video donde se veía a la abogada entregando un panfleto titulado "Guía de las mentiras de la Constitución de la Convención". La acusaron que el folleto contenía afirmaciones falsas. Al respecto, la exconstituyente se defiende declarando que el documento "buscó ser un contraste Guía Práctica de la Convención Constitucional que pareciera ser oficial y que sin embargo es tendenciosa".

Hube, además de negar que el folleto que repartía tuviera información engañosa, asegura que el propósito era invitar al lector a cuestionar el texto constitucional. "El propio video da cuenta que yo le digo a la señora: 'Infórmese usted directamente con esto. Hágase su propia opinión'", aclara.

Sobre la polémica suscitada, reconoce estar habituada a participar de conversaciones controversiales, porque "obviamente eso es parte del cuento, de la funa". No obstante, denuncia la existencia de una suerte de cultura de la cancelación "que raya en el totalitarismo", precisa.

"En algún minuto se normalizó la violencia como un método de acción política. Hay violencia que está legitimada porque hay unos sectores que la pueden llevar adelante y otra que no", añade.

Respecto al futuro de la actual Constitución en caso de ganar el rechazo, explica que existe "un compromiso político transversal" para reformar la actual Carta Magna y que precisamente "hacia allá apunta la reforma constitucional que se está tramitando en el Congreso. Que todo se modifique por 4/7, es decir, un quórum mucho más bajo. Es una señal de que hay en un compromiso político para hacer cambios profundos en un corto tiempo".

Sin embargo, hace un llamado a no desviar el foco de la discusión de lo que se decide el 4 de septiembre: "No hacerle creer a las personas que se tienen que quedar y conformar con poco, porque esa es la sensación que a mí me da respecto de la opción del apruebo: que se tienen que conformar con lo que hay… cuando eso no es así", concluye.