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Gabriel Salazar en 1963 Presidente Sociedad de Folclor Chileno

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Por Yvaín Eltit

Hablar de la grandeza de mi maestro y Premio Nacional de Historia, Gabriel Salazar Vergara (1936), es una epopeya que no cabe en estas páginas; sin embargo, hoy me referiré a su adelantado pensamiento.

Realizó sus estudios secundarios en el Liceo de Aplicación, Santiago. Siempre consciente, cuestionando la visión de la historia: "Sentí que debía ser la ciencia del presente en movimiento, y por tanto una herramienta para construir futuro. Para eso debía unir dialécticamente el pasado con la voluntad humana (teórica) para cambiarlo y construir un mejor futuro. Pensé que la filosofía de la historia era más útil para eso".

Ingresó al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile para cursar la carrera de Pedagogía de Estado en Historia, Geografía y Educación Cívica.

Discípulo de leyendas que marcaron su camino, "mis maestros más recordados fueron Mario Góngora del Campo (por su capacidad lectora y su capacidad para pensar desde los libros); Héctor Herrera Cajas (por su capacidad para convertir la clase en una obra de arte comunicativo); y Juan Rivano Sandoval (porque no solo hacía clase: pensaba filosóficamente en voz alta, en vivo, paseándose de un lado a otro)".

Si comprendemos el folclor social como el conjunto de expresiones contra canónicas, ajenas al discurso oficial, desplegadas en los territorios como la genuina voluntad del pueblo, sin duda el profesor Gabriel es pionero desde la historia en sentar las bases, comparable solo con figuras como el folclorólogo Oreste Plath y el historiador Eugenio Pereira Salas.

En aquel contexto denomina a su tesis "El historiador y la historiología filosófica". Acerca del título, menciona; "Pensé que había que explorar un camino 'histórico' hacia el futuro (no profético o ideológico), y para eso se necesitaba una disciplina científico-teórica".

Se trata de un revelador estudio de 125 páginas, en el cual condensa las ideas que le preocupaban, concretando una combinación perfecta entre lo reflexivo y lo propositivo.

El documento se divide en cuatro partes. La primera "Estudio del punto de vista historiográfico"; la segunda, "Estudio del punto de vista fenomenológico"; la tercera, "Estudio del punto de vista de la historiología filosófica"; y la cuarta son los tres epílogos (recapitulaciones de lo dicho en un discurso o en otra composición literaria).

Este invaluable material patrimonial se encuentra resguardado en la Biblioteca Eugenio Pereira Salas de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.