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¿Cuanto sabemos de la Antártica y el mar?

Libro de docentes porteños explica por qué se nos enseña tan poco sobre estos temas y analiza esta deuda con generaciones de escolares de nuestro país.
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Por Mauricio Córdova Iglesias

Siempre se nos recalca que los grandes tesoros y riquezas en nuestro país son el territorio antártico chileno y el mar. Se nos ha insistido en que en estos dos espacios geográficos está nuestro futuro esplendor y que la riqueza de Chile se basa en nuestro océano y en el continente de hielo.

Sin embargo, algo no calza cuando se analiza en detalle los contenidos de los programas curriculares de nuestro sistema educativo en estas dos temáticas. La realidad es que se nos enseña muy poco y de manera superficial sobre estos "grandes tesoros".

Una investigación de dos académicos porteños, cuyo libro será prontamente lanzado, concluye que la realidad es que ha habido una política sistemática del Estado por alejar u ocultar estos contenidos educacionales, con el fin de evitar "conflictos" o enredos diplomáticos.

Se trata del libro de LW Editorial, "75 años de enseñanza de la historia y geografía de la Antártica chilena. Diagnósticos para pensar el futuro", de los autores-compiladores Mauricio Jara Fernández y Pablo Mancilla González, ambos profesores de Historia y Geografía, con magísteres y doctorados.

Ambos académicos se encuentran adscritos al Departamento de Filosofía, Historia y Turismo de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Playa Ancha y han trabajado por más de 20 años en la temática de historia y educación antártica a través de proyectos de investigación, la publicación de libros y artículos académicos y participando con ponencias en congresos nacionales e internacionales.

El grupo de estudios antárticos de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Playa Ancha tiene su origen a mediados de la década de 1980, con los primeros estudios sobre historia antártica realizados por la Dra. Consuelo León, a quien se sumaron, posteriormente, los doctores Mauricio Jara y Pablo Mancilla y los magíster Nelson Llanos y Nadia Farías, entre otros. Han publicado más de 20 libros y 100 artículos científicos y ponencias en congresos.

"El libro es una recopilación de más de 20 años de investigaciones sobre contenidos del Territorio Chileno Antártico en el sistema educacional chileno, específicamente, en la asignatura de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, a contar de 1988 hasta la actualidad", señala el profesor Pablo Mancilla González.

-¿Qué metodología se utilizó?

-Las metodologías dependen del enfoque de cada investigación; no obstante, en su transversalidad, predomina el análisis de contenido documental cualitativo, el cual se aplica para establecer categorías de análisis que permitan identificar los contenidos del Territorio Chileno Antártico en la asignatura de Historia, Geografía y Ciencias Sociales y, a su vez, los nudos críticos existentes en su enseñanza y que, a nuestro entender, no han permitido la generación de una real conciencia antártica y de una valoración del patrimonio antártico nacional en los estudiantes durante las últimas décadas.

-¿Cuáles son las razones por las que no se profundiza sobre el territorio antártico en el currículum escolar?

-Se han podido identificar varias razones explicativas sobre la escasa y casi nula presencia de contenidos del Territorio Chileno Antártico en la asignatura de Historia, Geografía y Ciencias Sociales destacando, por ejemplo, la desconexión entre la política educacional dirigida por el ministerio de Educación y la Política Antártica dirigida por el ministerio de Relaciones Exteriores en la definición de objetivos comunes en la enseñanza de estos contenidos; la ausencia de contenidos sobre este territorio en la formación de los profesores de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, lo cual se evidencia al analizar los programas de estudio de varias universidades que imparten esta pedagogía; la errónea idea de considerar que Chile renunció a sus derechos antárticos al firmar el Tratado Antártico de 1959, la cual es bastante extendida entre los docentes del área; el considerar al Territorio Chileno Antártico como una zona fronteriza especial y que, por ende, todos los contenidos referentes a este territorio deben ser autorizados y aprobados por la Dirección de Fronteras y Límites del Estado (DIFROL) siendo esto, a nuestro entender, una de las principales causas que han impedido la incorporación de antecedentes geográficos, históricos, jurídicos y administrativos, esgrimidos en 1940 por el presidente Pedro Aguirre Cerda al dictar el Decreto Supremo N° 1.747 que delimitó el Territorio Chileno Antártico.

-¿Qué "ganaría" nuestro país si tuviésemos más educación y conocimiento sobre el territorio antártico chileno?

-Las principales ganancias serían, por un lado, que los chilenos conocieran la conexión que históricamente ha tenido Chile con el continente antártico y los antecedentes que han sustentado nuestra soberanía antártica y, por otro, poseer una conciencia e identidad antártica y valoración sobre el patrimonio histórico antártico chileno. Ambas son relevantes dado que el país se autodefine como "antártico" y "puerta de entrada a la Antártica".

¿Se puede señalar que con el conocimiento del mar chileno ocurre algo similar a lo que pasa con el territorio antártico? ¿Por qué?

-Sí, hay ciertas similitudes en la forma en que se han abordado ambos temas en el sistema educacional. En el caso de el Territorio Chileno Antártico, los contenidos son casi inexistentes, en tanto al mar chileno, se limitan a la identificación del océano Pacífico y sus recursos económicos, sin profundizar, por ejemplo, en la histórica conexión de Chile con el océano, en la importancia que esté ha tenido y tiene para el desarrollo nacional, en la comprensión del mar territorial, zona contigua, zona económica exclusiva y, en la plataforma continental, entre otros temas que, son fundamentales en la formación de los estudiantes. En este sentido, se puede decir que la asignatura de Historia, Geografía y Ciencias Sociales tampoco está contribuyendo debidamente a que los estudiantes desarrollen una conciencia e identidad marítima.